El Concello de Vigo instalará medios de grabación que costarán 36.000 euros, tras los destrozos producidos en Príncipe
El alcalde de Vigo, Abel Caballero, anunció ayer que solicitará permiso a la Subdelegación de Gobierno en Pontevedra para instalar cámaras de vigilancia en Príncipe y en los lugares que consideren para reforzar la seguridad.
El regidor explicó que 24 horas antes se había explicado mal, que no había querido decir que rechazaba la instalación de estas cámaras sino que consideraba que su eficacia contra el vandalismo era limitada porque los autores podían taparse la cara al saber que estaban siendo observados. Al parecer, el Concello lleva tiempo estudiando esta posibilidad. Aclarado esto, aseguró que harán “todo lo que sea necesario para que Vigo sea una ciudad segura”. Pero no es inmediato. La instalación de estas cámaras de vigilancia deberá salir a concurso público y el presupuesto asciende a 36.000 euros. Sin embargo, lo complicado es obtener el permiso puesto que requiere una autorización de la Subdelegación del Gobierno y un informe de una comisión que encabeza el presidente del Tribunal Superior de Galicia. Asimismo, se debe tener en cuenta la protección de edificios e instalaciones públicas, constatar la existencia de infracciones de seguridad ciudadana, entre otros requisitos. La autorización se debe renovar cada año.
El Concello quiere dar respuesta a la demanda de los comerciantes, en especial tras los destrozos en una exposición fotográfica.
“Príncipe es una calle segura, la Policía, uniformada y de paisano, actúa con frecuencia para prevenir hurtos. Es una zona especialmente vigilada, pero vamos a reforzar la seguridad”, según destacó.
Al margen de esto, informó que la investigación de los últimos actos vandálicos está en manos de la Policía Nacional sigue su curso y que “tienen toda mi cooperación para llevarlo adelante”.
Los comerciantes de Príncipe aseguran que los actos vandálicos han disminuido en los últimos años. Recuerdan que hace una década la situación era insostenible porque los comercios amanecían con pintadas en edificios emblemáticos y escaparates rayados. Pagaron numerosos desperfectos y llegaron a tener un sereno, que luego se descartó por las protestas de profesionales de la seguridad. Ahora siguen existiendo destrozos en fines de semana, pero son puntuales como lo sucedido estos días, posiblemente por la concentración de gente de O Marisquiño.
Satisfacción entre los comerciantes
El portavoz del Centro Comercial Abierto del Príncipe, Cándido Rial, expresó ayer su satisfacción por el anuncio realizado por el alcalde vigués y opinó que la instalación de las cámaras de vigilancia supone “la total modernización de la ciudad”. Las calles centrales de las grandes capitales europeas y del resto del mundo, como París, Londres, Nueva York y de las principales ciudades australianas visitadas por Cándido Rial cuentan con estos dispositivos de vigilancia. “Yo siempre me fijo en estas cosas por deformación profesional, las tienen y la gente se siente más segura”. Citó el ejemplo de los atentados de la sala Bataclan, en París, donde las cámaras fueron útiles para identificar a los terroristas. En su opinión, la mayoría de la gente no se siente incómoda por la presencia de estas cámaras, sino todo lo contrario, y cree que además de reforzar la seguridad puede ayudar en otros casos como por ejemplo cuando a una persona tiene algún problema en plena calle como un infarto o similar. A mayores, Cándido Rial recordó que actualmente ya hay drones contratados por ejemplo para la vigilancia de obras ilegales y que los semáforos también tienen cámaras desde hace años y nadie lo discute.
