El Gobierno de Feijóo arranca con la toma de posesión de los once conselleiros

photo_camera Toma de posesión del nuevo Gobierno de Feijóo al inicio de la XI Legislatura.

Nueve conselleiros han jurado y otros dos, Valeriano Martínez y Julio García Comesaña, han prometido su cargo en el acto de toma de posesión como miembros del Gobierno de Feijóo

Nueve conselleiros han jurado y otros dos, Valeriano Martínez y Julio García Comesaña, han prometido su cargo en el acto de toma de posesión como miembros del Gobierno que preside Alberto Núñez Feijóo para la XI legislatura.

Este solemne acto se ha celebrado este lunes en los exteriores de las dependencias de la Administración gallega en San Caetano, en Santiago, después de que este domingo el presidente de la Xunta haya a dado a conocer el que es su noveno Gabinete desde que accedió al cargo en 2009.

Como principales novedades, está el relevo de los titulares de Educación, Carmen Pomar, y el de Sanidade, Jesús Vázquez Almuiña. Además, el departamento educativo se vuelve a juntar con Cultura, se crea una Consellería de Emprego e Igualdade y habrá, por primera vez desde el fraguismo, dos vicepresidencias.

Desde San Caetano, los once conselleiros han prestado su declaración ante el Estatuto de Autonomía y la Constitución, que acatarán y harán preservar, así como la Biblia en el caso del juramento.

 

Trabajar "a destajo" desde ya, sin el margen habitual "de cien días" y "unidos" ante la "prioridad" de combatir la COVID-19. Son los deberes que el presidente gallego, Alberto Núñez Feijóo, ha puesto este lunes a los 11 conselleiros que conforman su noveno Gabinete tras una "remodelación", ha admitido, "marcada" por la pandemia, y en el arranque de una XI Legislatura en la que el "diálogo" será imprescindible.

Así lo ha trasladado en la toma de posesión de los 11 conselleiros que le acompañan en el arranque de este mandato. Una legislatura en la que ya había avanzado que a los miembros de su equipo les tocaría "trabajar y sufrir". Y este lunes ha insistido en esta misma idea: ser conselleiro "no es un premio", implica la asunción de una importante responsabilidad "ahora más que nunca".

De los once dirigentes que este lunes se han sentado por vez primera en el Consello de la Xunta solo dos siguen desde 2009 --el vicepresidente primero, Alfonso Rueda, y la conselleira do Mar, Rosa Quintana-- y se incorporan como caras nuevas María Jesús Lorenzana, conselleira de Emprego e Igualdade; y Julio García Comesaña, titular de Sanidade.

De hecho, el acto también ha servido para la despedida formal de Jesús Vázquez Almuiña, que cede a García Comesaña la cartera de Sanidade, y de Carmen Pomar, hasta ahora responsable de las competencias educativas, que se agruparán con las de cultura bajo el mando de Román Rodríguez.

A García Comesaña y a Lorenzana, Feijóo les ha dado la bienvenida y les ha recordado sus reto. Pero en el acto también se ha detenido a explicar el porqué de cada nueva pieza del Ejecutivo. Por ejemplo, ha confesado que Almuiña le trasladó tras las elecciones del 12-J su deseo de no seguir con la cartera de Sanidade y ha vinculado la salida de Pomar con la necesidad de crear un departamento de Emprego e Igualdade sin aumentar el número de departamentos autonómicos.

En la entrada principal de la Xunta --las reducidas dimensiones del salón habitual en el que suele celebrarse este acto en el Pazo de Raxoi no se ajustaba a las nuevas restricciones COVID--, en una mañana de septiembre en la que el propio Feijóo reconoció sentir "escalofríos", los conselleiros salientes han aprovechado para despedirse y Rueda ha pronunciado una breve intervención en nombre del nuevo Ejecutivo.

Además de los familiares de los integrantes del Gobierno, hubo invitados, aunque menos que en otras ocasiones. No falló el jefe del Legislativo, Miguel Santalices, y también acudió el presidente de la Diputación de Ourense, el popular Manuel Baltar, entre otros. El evento siguió las pautas protocolarias habituales y solo dos de los once miembros del Gabinete (Valeriano Martínez y García Comesaña) optaron por prometer su cargo en vez de usar la fórmula del juramento.

Lo hicieron poco antes de sentarse en el primer Consello de una legislatura cuya principal novedad es que los miembros del Ejecutivo se tendrán que ver también la cara, ha dicho Feijóo, "con mascarilla". Un mandato en el que el "diálogo" será clave. No en vano, Feijóo ha propuesto una comisión parlamentaria para sentar, entre todas las fuerzas, las bases de un pacto por la reactivación; y ha anunciado su intención de convocar cuanto antes la Mesa del Diálogo Social.

"NO ES UN PREMIO, ES UNA ASUNCIÓN DE RESPONSABILIDADES"

Previamente, en su intervención, el dirigente gallego ha asegurado que este nuevo Ejecutivo se activa "con la misma ilusión" que el que le acompañó por primera vez en 2009, tras su primera victoria en las urnas, solo que "con más energía y pasión", puesto que "servir a los gallegos es algo apasionante". Precisamente, "servir" es lo que ha pedido a sus nuevos conselleiros y hacerlo desde la "unidad".

No en vano, ha advertido de que formar parte del Gobierno "no es un premio ni un cheque en blanco". "Ser conselleiro es un mandato que implica automáticamente la asunción de responsabilidades, estudio, trabajo y honestidad. Ahora más que nunca", ha proclamado, antes de insistir en que "la pandemia vino a cambiarlo todo".

A su nuevo equipo le ha encomendado, así, el "gran desafío" de "gestionar incógnitas" y "hacer lo posible para despejarlas". "Nuestra prioridad es hacer frente a la pandemia en todos sus frentes", ha añadido, antes de pasar a detallar las decisiones que le han llevado a conformar, en sus términos actuales, su equipo de conselleiros.

REFUERZO EN LA ECONOMÍA Y TRABAJO "COORDINADO"

Y para ello, ha empezado por la necesidad de "reforzar el área económica", con el fin de darle un impulso transversal y con un eje de "coordinación" para los departamentos que se ocupan de los diversos sectores productivos. El objetivo de Feijóo es que estos esfuerzos "coordinados" se dirijan "a la reactivación económica y social", una tarea que ha encomendado a Francisco Conde.

En este "cambio de paradigna" vinculado con las consecuencias de la pandemia ha situado también la creación de una nueva cartera de Emprego e Igualdade, ya que --ha esgrimido-- "la principal discriminación es la diferencia salarial y de conciliación entre hombres y mujeres". Para este departamento le ha dado la bienvenida a María Jesús Lorenzana.

También a José González y Rosa Quintana les ha dado las gracias por "seguir y proseguir" en los sectores que "dieron lo mejor de sí".

Si a Conde, como vicepresidente segundo, le ha encomendado la tarea del refuerzo económico desde una perspectiva transversal, ha ratificado que sigue confiando en Alfonso Rueda, como vicepresidente primero y responsable de Presidencia, Xustiza e Turismo. De Rueda sigue esperando una función global de coordinación, pero también ha destacado la relevancia de ligar las competencias de Turismo con la Vicepresidencia.

Finalmente, ha justificado la decisión de unir Administración Pública con Facenda, departamento que ya se ocupaba de la gestión de los empleados públicos. Una "visión conjunta" de la que, al margen de casar las cuentas, tendrá que ocuparse Valeriano Martínez.

Y, finalmente, ha dado las gracias a las tres conselleiras que siguen al frente de Medio Ambiente, Infraestruturas y Política Social --Ángeles Vázquez, Ethel Vázquez y Fabiola García--. "Renuevan responsabilidades y aumentan las exigencias", ha dicho.

"LA COVID VA A MARCAR"

Más allá, el presidente ha subrayado que la COVID ha marcado sus decisiones en esta remodelación y va a marcar el funcionamiento de su noveno Gabinete igual que marca las vidas de los ciudadanos, que ahora dependen "de una vacuna, de un principio activo, de la investigación". Por ello, ha enfatizado la importancia de la sanidad pública y de la recuperación económica.

Asimismo, ha incidido en que es preciso trabajar desde el "realismo" y con urgencia. "Esta no es una toma de posesión al uso porque este Gobierno no tiene 100 días. Los problemas están encima de la mesa y ahora nos convocamos a tener la primera reunión del Gobierno. Todos tenemos tareas pendientes", ha sentenciado, antes de aludir a las dificultades que viven autónomos, empresas y familias.

En todo caso, el presidente ha defendido que sus "puntos cardinales" no han variado y ha prometido "realismo, trabajo, gestión y planificación". "Saldremos adelante garantizando igualdad e oportunidades, creando riqueza y garantizando cohesión social. Galicia llegará unida y con un rumbo cierto", ha dicho, antes de admitir que "el diálogo" será imprescindible.

Mientras que él sea presidente, ha asegurado que la defensa de los intereses de Galicia irán "por delante" de cualquier otra cuestión, e impulsará una política "moderada, integradora y respetuosa" como, bajo su punto de vista es la propia Galicia. Una visión que se adecua, ha dicho, a los resultados de las urnas, que plasmaron la voluntad "de la mayoría" de los ciudadanos.
 

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