Los grupos, asociaciones y cooperativas de consumo responsable y agroecológico son la fórmula alternativa por la que apuestan cerca de un millar de familias o 'unidades de consumo' en Galicia para abastecerse con productos de calidad, tanto frescos como elaborados, que garantizan el pago de un 'precio mínimo' al productor. Se puede llegar a ahorrar hasta un 30 por ciento, pero sólo 'si te orientas hacia el discurso puro de la cooperativa agroecológica', explica Diego Alonso, de Árbore.
En su décimo aniversario, la Cooperativa de Consumo Consciente Árbore, de Vigo, es de las más numerosas, con unos 330 socios. La fórmula para conseguir el mayor nivel de ahorro consiste en integrarse de una forma clara en el tejido asociativo, orientar adecuadamente la forma de consumir y optar por productos de temporada, a granel. 'El sistema cooperativo puede dar muchas soluciones reales a un buen nivel de calidad y precio', afirma Diego Alonso, pero 'falta todavía mucho consumo consciente y sobre todo mucho conocimiento', asegura para que este planteamiento llegue más al público y este fortalezca el vínculo con el campo.
ANTES DE LA CRISIS
La expansión de este movimiento es anterior al inicio de la crisis -se remonta al año 1979, según confirma Alonso- y 'su crecimiento va del ocho al 20 por ciento anual'. En el actual contexto económico, este modelo ha contribuido 'a que la gente se preocupe más por la salud', señala el portavoz de Árbore, que culpa al actual sistema de 'ofrecer peores productos y destrozar la producción local'.
'En sabores, texturas y visualización, la diferencia es inmensa', asegura Alonso al comparar los productos agroecológicos con los convencionales. 'Al saber que pueden tener el producto fresco, a la puerta de casa' y con una relación calidad-precio en la que la diferencia es 'ínfima' con respecto al que se paga en la gran superficie, 'mucha gente está dispuesta a cambiar'.
PIONEROS
'Ya se ve a dónde nos llevó el capitalismo', argumenta Clara Raposo, de la Asociación A Cova da Terra, de Lugo, pionera en abrir una tienda de comercio justo de Galicia, en 1995, y que tiene 160 unidades de consumo adscritas. 'En esta época de crisis la gente reflexiona más, es un tipo de consumidor más consciente que investiga para conseguir productos', sostiene.
ANTES DE LA CRISIS
La expansión de este movimiento es anterior al inicio de la crisis -se remonta al año 1979, según confirma Alonso- y 'su crecimiento va del ocho al 20 por ciento anual'. En el actual contexto económico, este modelo ha contribuido 'a que la gente se preocupe más por la salud', señala el portavoz de Árbore, que culpa al actual sistema de 'ofrecer peores productos y destrozar la producción local'.
'En sabores, texturas y visualización, la diferencia es inmensa', asegura Alonso al comparar los productos agroecológicos con los convencionales. 'Al saber que pueden tener el producto fresco, a la puerta de casa' y con una relación calidad-precio en la que la diferencia es 'ínfima' con respecto al que se paga en la gran superficie, 'mucha gente está dispuesta a cambiar'.
PIONEROS
'Ya se ve a dónde nos llevó el capitalismo', argumenta Clara Raposo, de la Asociación A Cova da Terra, de Lugo, pionera en abrir una tienda de comercio justo de Galicia, en 1995, y que tiene 160 unidades de consumo adscritas. 'En esta época de crisis la gente reflexiona más, es un tipo de consumidor más consciente que investiga para conseguir productos', sostiene.
