Asociaciones animalistas reclaman una Ley de Protección Equina que ayudaría a evitar este tipo de maltratos como la colocación de cepos, cadenas y cuerdas en las patas de los animales
La asociación animalista Libera y la Fundación Franz Weber han denunciado la falta de un decreto que regule la convocatoria y funcionamiento de las rapas, como la de Sabucedo, en A Estrada (Pontevedra), tal y como reclamaron a través de una petición ciudadana hace un año.
Después de un plazo de tiempo "más que suficiente" los animalistas han constatado el nulo interés de la Xunta de Galicia por desarrollar medidas básicas en relación al bienestar animal, organización de lo que se ha convertido en un espectáculo de pago y la restricción de prácticas como el marcado a fuego o las peleas de garañones, acciones crueles contra los équidos que no tienen más finalidad que forzar fotografías de medios internacionales.
Los animalistas ponen como ejemplo del "descontrol actual" el uso de medicamentos veterinarios por parte de los "aloitadores" sin una correcta administración en función del peso o estado físico de cada animal y, como han podido saber los colectivos, existen productos que pueden tener un impacto nocivo sobre el Medio natural sin que se tomen las medidas de contención previstas en los propios prospectos.
En este sentido la supuesta desparasitación de la cabaña equina en zonas como Sabucedo, señalan, "cae por su propio peso por una administración sin control ni revisiones, tal y como sucedería en cualquier explotación ganadera reglamentada a través de diferentes normas sobre sanidad y bienestar animal".
Los defensores de los animales han logrado hasta el momento más de 165.000 firmas para reclamar esta pretendida Ley de Protección Equina que también ayudaría a evitar la colocación de cepos, cadenas y cuerdas en las patas de los animales, "una acción cruel que se ha relacionado con algunos ganaderos que trasladan équidos a curros y que provoca un terrible sufrimiento".
Para FFW y Libera! "resulta extraño que un espectáculo con animales, sin normas propias, pueda ser declarado Bien de Interés Cultural inmaterial y que la Xunta de Galicia manifieste su completo apoyo sin haber consultado a absolutamente ninguna entidad especializada en la protección de los animales".
Las ONG sí ven un interés mercantil en esta declaración, ya que accedería a nuevos programas de ayudas económicas y, en el caso de ser BIC estatal, a las convocatorias con cargo al conocido popularmente como "1,5% cultural".
