DESAPARICIÓN EN LUGO

El detenido en Baralla dice que el agredido fue él y denunciará a la chica

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photo_camera La Policía lleva a los calabozos del juzgado de Lugo al presunto agresor de la joven de 26 años que estuvo dos dias desaparecida.

Tras prestar declaración en el juzgado, este hombre ha quedado en libertad y con una orden de alejamiento, no podrá acercarse a ella a una distancia inferior a cien metros

El hombre de 31 años, vecino de Baralla, que fue detenido a raíz de la desaparición de una joven 26 años de edad el pasado fin de semana y que finalmente fue hallada sana y salva en un hostal de Lugo, asegura que nunca le puso la mano encima, porque el agredido fue él, aunque reconoció que discutían "habitualmente" porque ella no quería dejar "el mundo de la prostitución y de la droga".

"Solamente voy a hacer esta declaración para negar los hechos de los que me acusan. Nunca he agredido a Beatriz, sino que he sido agredido yo por ella. Ayer ya le apunté al juez la situación en mi declaración", afirmó.

Tras prestar declaración en el juzgado, este hombre ha quedado en libertad y con una orden de alejamiento, no podrá acercarse a ella a una distancia inferior a cien metros y tendrá que comparecer dos veces al mes en el juzgado.

No se pidió para él cárcel por parte del Ministerio Público debido a las supuestas contradicciones que ofrece este caso.

Tras esta decisión del juez, el hombre ha avanzado en declaraciones a EFE que "en próximos días" tiene pensado presentar denuncia contra la chica, con el testimonio "de testigos presenciales de las agresiones" que sufrió "por parte de ella".

"Conocí a Beatriz a través de una red de contactos sexuales por Internet. En las primeras citas, aboné los servicios sexuales, pero posteriormente nos hicimos amigos y empezamos esta relación. No niego que teníamos discusiones habitualmente, porque yo quería que ella abandonase el mundo de la prostitución y la droga, en el que está y sigue sumida", añadió.

Según su testimonio, acudió junto a sus padres a denunciar la desaparición de la chica, porque la había dejado "en una calle de Lugo cuando ella iba a comprar droga a una persona desconocida".

"Ella no volvió a coger el teléfono y temí por su vida, porque antes había intentado suicidarse en dos ocasiones", aclaró.

"Insisto en que jamás la he agredido y todo me está haciendo mucho daño a mí y a mí familia", lamentó.

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