VIGO

Las tres mujeres han negado cualquier tipo de agresión o vejación por parte del líder

En sus declaraciones públicas de este viernes han definido a Miguel Rosendo como "un padre de familia inocente"

Varios de los consagrados que pertenecieron a la Orden y Mandato de San Miguel Arcángel, entre ellos tres mujeres investigadas en la causa conocida como de los `Miguelianos`, han negado los abusos sexuales y haber sido "vejadas, humilladas ni manipuladas" por el líder, Miguel Rosendo, al que han definido como "un padre de familia inocente".

Así lo han trasladado en rueda de prensa en Pontevedra, la primera que ofrecen desde que se inició el proceso judicial, en la que han mantenido que la causa es "un montaje" y han acusado al sacerdote y asistente eclesiástico de la Orden, Isaac de Vega, de estar detrás de estas acusaciones que, en su opinión, buscaban "destruir la asociación" y "conseguir poder".


El testimonio de Marta Paz


"Nunca he tenido relaciones sexuales completas, ni parciales, ni consentidas ni sin consentir, con Miguel Rosendo ni con nadie", ha asegurado Marta Paz, que ha lamentado que está procesada en la causa "como una de las mayores víctimas de esos abusos que jamás ocurrieron". "Si alguien puede decirlo, soy yo", ha sellado.

"Yo sí soy víctima, sí he sido violada en mi dignidad de mujer y de consagrada a Dios, por las personas que han organizado este montaje", dice 

Ha censurado que ha tenido que presentar un peritaje psicológico "para demostrar que está en plenas capacidades mentales", así como un peritaje ginecológico. "Yo sí soy víctima, sí he sido violada en mi dignidad de mujer y de consagrada a Dios, por las personas que han organizado este montaje", ha sentenciado.


El testimonio de Ivana Lima


En la rueda de prensa también ha comparecido Ivana Lima, superiora de las consagradas de la Orden, que, tras aclarar que no son "pseudo-monjas", ha recalcado que aunque aparece "como una víctima de abusos y ejecutora de tales, no son verdad", y tampoco ha sido "abducida ni manipulada".

"Nos obligó a guardar silencio y no pudimos denunciar las mentiras que se están construyendo"

De hecho, ha defendido que la asociación no era una secta, y ha apuntado que "cuando empezó a construirse este montaje", fueron a ver al obispo y éste les "obligó a guardar silencio", por lo que no pudieron "denunciar las mentiras que se están construyendo".

Acto seguido, ha aseverado que De Vega sí la "coaccionó" a ella, a Miguel Rosendo y "a los miembros de Orden", a los que "impuso sus normas y criterios". "Me agredió físicamente en dos ocasiones, me insultó muchas veces y me acosó psicológicamente", ha sostenido, tras lo que ha criticado que siga "vestido de sacerdote".


El testimonio de Iria Quiñones


Iria Quiñones, segunda superiora de las consagradas, ha explicado que la Orden estaba reconocida por la Iglesia, y ha coincidido en que "Isaac de Vega decidió destruir la asociación", para lo que "llevó al obispo denuncias falsas" que derivaron en una visita canónica.

"Nos mintieron a todos sobre el motivo de la visita, y nos impidieron el derecho a defendernos"

"Nos mintieron a todos sobre el motivo de la visita, y nos impidieron el derecho a defendernos", ha recalcado, a colación de lo que ha dicho que tampoco les trasladaron las acusaciones. En este contexto, ha asegurado que sufrían una "presión cada vez mayor", por lo que acudieron al obispo, "pero no hizo nada".

En este contexto, ha denunciado que "la acusación de secta ha servido para acallar --sus-- voces: Se parte de la base de que lo que dices no vale nada porque estas abducido". "Estamos hoy aquí para decir basta y decir la verdad: Miguel Rosendo es inocente y todo esto es un montaje", ha remachado.

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