SUCESOS

Uno de los afectados en Tui: "Estoy sin dormir desde el día de la explosión"

Isidro llevaba viviendo en el barrio de A Torre desde hace más de cuarenta años.
photo_camera Isidro llevaba viviendo en el barrio de A Torre desde hace más de cuarenta años.

Isidro González vivía junto a la casa de los fallecidos y se salvó "porque estábamos en la planta baja. El primer piso desapareció"

 

"Porque estábamos abajo viendo la tele, que si no nos habría llevado por delante", explica Isidro González sentado en la cafetería del hotel Cruceiro do Monte (Randufe) mientras espera la hora de la comida. Este vecino de Paramos vivía a escasos treinta metros de la nave en la que se produjo la explosión y su casa se encontraba "al lado de la de los fallecidos", que actuó como pantalla y evitó que la onda expansiva afectase a la planta baja de la vivienda, que quedó sin el primer piso. "Yo estaba junto a la puerta, que me cayó encima", y muestra el brazo en cabestrillo y los puntos en la ceja, que junto con numerosas magulladuras le han mantenido "prácticamente sin poder dormir desde entonces", se lamenta. Su mujer, natural del barrio de A Torre, descansa en aquellos momentos. A ella le salvó también la suerte. Una placa del techo quedó a escasos centímetros de la mujer, sujeta en un comprometido equilibrio por la mesa y el respaldo del sofá en el que estaba tumbada. "Si hubiera estado sentada no sé cómo habría sido", comenta ahora su marido, que comenta con otro vecino "la suerte" que tuvieron aquel aciago 23 de mayo "porque si llega a pasar de noche habría sido una tragedia terrible". 

Isidro está cansado. Lleva más de una semana repitiendo su historia y la de todo un barrio que vio como en segundos sus vidas quedaban bajo los escombros. Eso sí, lo que no deja de repetir es como entre tanta destrucción, con bloques de hormigón volando metros sobre casas y vehículos, "no hubiera sido peor. Es casi increíble que a nadie le cayera un bloque encima, que aplastase un coche con gente dentro". Algo en lo que también está de acuerdo Milucho, vecino de A Cancela, unos metros más abajo de la zona cero y que no tuvo que abandonar su casa. Y es que como explica "ese bloque de cemento - y señala un cascote con hierros retorcidos saliendo por los extremos,  le pasó por encima al que vive enfrente. Estaba en la zanja y pasó por arriba, cayendo junto al coche".  En este barrio, situado en el inicio de la subida que llevaba a la zona cero, los efectos de la explosión son mucho menores. Pese a ello, las casas también presentan los efectos de una deflagración que es el tema central de todos los bares y tiendas y que quedará gravada en la memoria tudense durante muchos años.

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