El exalcalde Conde Roa es agredido en pleno centro de Santiago por un joven y ambos se enzarzan

Ha presentado denuncia ante la Policía contra el atacante, a quien dijo no conocer de 'absolutamente nada'
Gerardo Conde Roa, exalcalde de Santiago de Compostela que presentó su dimisión el pasado mes de abril tras ser imputado por un supuesto delito de fraude fiscal, sufrió en la tarde de este jueves una agresión física en pleno centro de la ciudad y acabó enzarzándose con su atacante, un joven de unos 20 años de edad, según ha relatado el humorista José Luis Bernal, que presenció los hechos y medió para separarlos.

En torno a las 19.00 horas de este jueves, en el paso de peatones situado enfrente del Hotel Compostela, un joven se acercó a Conde Roa, quien esperaba para cruzar la calzada, y tras increparlo, le escupió en la cara y acto seguido 'le dio una bofetada'.

'Conde Roa intentó repelerlo y al ver que se enzarzaban y que se cayeron al suelo los dos, crucé la calle corriendo para separarlos y luego ya se incorporó más gente', ha relatado el humorista, conocido artísticamente como 'Farruco'.

Según su versión de los hechos, el joven 'fue a por Conde Roa descaradamente' y tenía 'una actitud excitada', pero 'parecía sereno', sin síntomas de haber consumido alcohol o alguna sustancia estupefaciente. Incluso una vez que los separaron, el agresor pidió que le dejasen recoger su jersey y 'huyó como alma que lleva el demonio'.

Algunos testigos le preguntaron al exalcalde si conocía de algo a su agresor, a lo que respondió que 'de absolutamente nada' y solicitó si alguno de los presentes podía ejercer de testigo de los hechos porque su voluntad era presentar denuncia. Fuentes cercanas al político han confirmad que ha presentado denuncia ante la Comisaría de Policía.

'Fue muy desagradable, porque ver a un hombre hecho y derecho humillado por un joven no es agradable', ha lamentado José Luis Bernal, quien presenció los hechos por encontrarse justo en la acera de enfrente y disponerse, justo antes de la agresión, a ir a saludar al exalcalde, ya que lo considera 'amigo desde hace tiempo', al margen de no tener 'la misma ideología'. 'A él le gusta el tinto y a mí el blanco', dice en tono de broma para restar tensión a un relato que reconoce que le dejó 'nervioso'.

TRAYECTORIA
Gerardo Conde Roa (Padrón, 1959) tuvo que dimitir a mediados del pasado mes de abril, cuando no había completado ni diez meses como alcalde de la capital gallega, al ser imputado por el impago de 291.000 euros a Hacienda por un IVA que sí cobró de la venta de 61 pisos a través de Geslander, la empresa de la que es administrador único.

Su estrategia de defensa se ha basado en que no tuvo voluntad de defraudar, de forma que no habría existido el dolo que conlleva el fraude fiscal, y que ese dinero lo empleó para pagar a bancos y proveedores. No obstante, tras 11 días en los que eludió dimitir, la presión sobre él se hizo insostenible, máxime cuando el auto del juez instructor confirmó su imputación formal al ver 'indicios fácticos claros' de una intención fraudulenta.

Esta no era la primera vez que las deudas de su promotora saltaban a la palestra, puesto que en 2008 el Ayuntamiento de Santiago, cuando él aún era jefe de la oposición, le reclamó 47 recibos por el Impuesto de Bienes Inmuebles (IBI) por importe de 7.500 euros.

Este licenciado en Derecho, que comenzó antes de los 25 años su vida en la política de la mano de la entonces Alianza Popular, cedió también el pasado 18 de junio la presidencia del PP compostelano a Ángel Currás, quien también lo sustituyó al frente de la Alcaldía de Santiago.

Conde Roa ha protagonizado enfrentamientos con el clown Leo Bassi, de quien dijo que le provocaba 'especial repugnancia'; con un iluminador de una ópera que incluía guiños al movimiento del 15-M; y a raíz de la ocupación de una antigua sala cinematográfica en la ciudad, acusó a varios locales, sin citar ningún nombre en concreto, de albergar reuniones en las que se 'planifican y piensan' acciones para 'atentar contra los bienes y los ciudadanos'. 'Van a sentir nuestro aliento en la nuca', les advirtió.

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