El Centro Galego de Artes da Imaxe necesita nuevo hogar para acoger la memoria visual de Galicia

La filmoteca gallega busca nueva sede para crecer

Buscar, encontrar, guardar, conservar y custodiar. El ciclo, con las alteraciones lógicas, se repite en el Centro Galego de Artes da Imaxe (CGAI) desde su creación en 1991. La imparable incorporación de fondos fílmicos, fotográficos y documentales ha descubierto las limitaciones de su sede, de 1.200 metros cuadrados. La nueva dirección del centro ha iniciado las gestiones para buscar nueva ubicación en A Coruña, ’sin plantearse en ningún momento el traslado a Santiago’, pero el CGAI será más itinerante que nunca.

’Filmoteca gallega busca nueva sede en la ciudad de A Coruña. Preferencia para locales amplios y céntricos’. No ha tenido que recurrir a los anuncios por palabras de los periódicos o a los portales inmobiliarios de Internet, pero en el Centro Galego de Artes da Imaxe (CGAI) buscan un nuevo hogar para los fondos fílmicos y fotográficos de Galicia. Guillermo Escrigas, director del CGAI desde hace poco más de un mes, sabe que ése es uno de los asuntos que antes ha de resolver: ’Tenemos un verdadero problema de espacio y la sede actual se queda pequeña para albergar la filmoteca y la fototeca de Galicia. Necesitamos encontrar una nueva ubicación y ya hemos iniciado los contactos con las distintas administraciones. Las primeras gestiones invitan al optimismo y parece que todo va por buen camino’.

En los mentideros políticos y culturales se había extendido el rumor de un posible traslado a Santiago, pero Escrigas es tajante: ’El CGAI no se va a mover de A Coruña. Del mismo modo que nadie plantea la posibilidad de que la sede de la Presidencia de la Xunta abandone Compostela, tampoco se debe plantear el traslado de un centro que ha nacido en A Coruña y va a seguir en esta ciudad’.

Itinerancia

La sede no se mueve, pero el CGAI sí. El nuevo equipo directivo quiere esparcir la programación del centro por la geografía gallega. ’Vamos a intentar organizar ciclos y actividades en diferentes puntos de Galicia. Si, por ejemplo, proyectamos un seminario sobre Blanco Amor, intentaremos llevarlo a Ourense. Si el protagonista es Torrente Ballester, haremos lo posible por celebrar un ciclo en Ferrol’, explica Escrigas. El CGAI hará un esfuerzo para descentralizar la exhibi ción, pero no será tarea fácil, ya que los proyectores han ido desapareciendo y las viejas salas de cine han echado el cierre en los últimos años.

El objetivo es abrir el Centro Galego de Artes da Imaxe al ’mayor número de personas’. El aperturismo no es sólo geográfico, sino también temporal. Las proyecciones de películas en la sede coruñesa, que hasta ahora se limitaban a la franja vespertina, se amplían para ofrecer sesiones ’golfas’ (de madrugada) e infantiles. Las noches del fin de semana habrá una cita con el cine en el CGAI. ’Es una alternativa al botellón y algo más, una opción más para la noche del viernes y el sábado’, explica el director del centro. ’Y tampoco vamos a renunciar al público infantil. La semana pasada programamos una proyección a la que asistieron doscientos niños de tres años; no se movieron del sitio y mantuvieron la atención durante toda la película’.

Dos mil copias cinematográficas, siete mil monografías y cuatro mil publicaciones periódicas comparten espacio con los fondos documentales de la filmoteca gallega. Hay demasiado material en la sombra que va a salir a la luz en un futuro próximo. ’Además de programar más ciclos, exposiciones y conferencias, intentaremos recopilar las mejores obras del cine gallego que conservamos. Queremos poner a disposición del público el notable material documental del que disponemos’, comenta el director.

Próxima oferta

En la oferta del CGAI para los próximos meses se mantienen los conocidos ciclos de ’Cine clásico’, ’Fora de serie’ o ’Historias de cine para nenos’, pero también se anuncian novedades para el 2008. Jaime Pena, responsable de la programación del Centro Galego de Artes da Imaxe, espera cosechar éxitos con la retrospectiva dedicada al cineasta norteamericano Raoul Walsh y confía en el ciclo sobre D-Xeneración, una mirada sobre las nuevas propuestas de los documentalistas de vanguardia.

La colaboración con otros organismos se intensificará en los próximos meses para recuperar los fondos que en la mayoría de los casos no están bien conservados. El archivo del CGAI está siempre abierto a nuevas incorporaciones en forma de película o fotografía; el objetivo es convertirlo en un centro de referencia en artes visuales.


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