“Fue como una bomba, el techo se vino encima”

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photo_camera María González muestra el destrozo en su negocio y su casa.

Decenas de familias  perdieron por completo sus casas y sintieron el estruendo como una "gran explosión"

“Estamos vivos de milagro”, explicaba muy nerviosa Estefanía Pérez. Ella, su madre, su abuela de 80 años y su hija de 6 se encontraban en su casa, a escasos metros de donde se almacenaba al arsenal pirotécnico cuando se produjo la explosión. “Fue terrible, como una bomba y el techo se nos vino encima, fui corriendo a por mi hija y por la abuela, todas estábamos bien, no sé cómo, pero la casa ha quedado arrasada por completo”, explicaba. Su madre, Mari Carmen añadía “salimos con lo puesto, pero al menos podemos contarlo”.

Ellas vieron a la pareja de la vivienda donde se produjo la deflagración salir tras el suceso. “Estaban vivos”.

María González no era capaz de reprimir las lágrimas, “llevo 35 años viviendo aquí y jamás había visto nada parecido”. Ella y su marido Severino son los propietarios del bar-restaurante As Rodas que sufrió graves daños. “Había gente en el bar jugando la partida cuando se oyó algo muy fuerte, lo primero que pensamos es que era el tren que había descarrilado y se nos venía encima”, comentaban. Puertas reventadas, ventanas rotas, paredes y tejados derribados... “Un desastre”, lamentaban.
Sonia apenas podía evitar su nerviosismo. A ella, la deflagración le pilló de lleno en casa con su hija de 15 años y su hermana. “El tejado se vino encima y vi cómo a la niña se le estaba quemando el pelo”, relataba.

El menor de la familia Macedo tuvo que salir corriendo de casa. “Creí que era un terremoto. Escuché la explosión y vi mi ventana volar. Me tiré al suelo y después salí corriendo, nuca había corrido tanto”.

 Sus padres también estaban bien, pero su vivienda y el taller familiar sufrieron graves daños, como si hubiera pasado un ciclón.

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