Forenses concluyen que "no es plausible" una muerte "accidental" de la víctima del crimen de Coruxo

La mujer tenía signos de haber sido agarrada por el cuello y de que le hubieran tapado la boca "con violencia"

Los forenses que han comparecido este miércoles ante el tribunal de jurado que juzga a Francisco Rafael A.M., por la muerte de su exmujer, Cristina G.S., han concluido que "no es plausible un hecho accidental" en la herida que le causó el fallecimiento, infligida con un cuchillo de cocina en la parte izquierda del cuello.

Los testimonios de estos peritos echan por tierra la estrategia de la defensa y la versión del propio acusado, que sostiene que clavó el cuchillo a Cristina de forma accidental, en el transcurso de un forcejeo. Asimismo, los forenses han puesto de manifiesto la "evidente desproporción de fuerza" entre agresor y víctima.

Según la autopsia, la fallecida presentaba varias erosiones en cara y cuello, hematomas en ambas caderas, y cuatro heridas realizadas con un arma blanca en el cuello. De éstas últimas, una fue la que le causó la muerte, ya que el cuchillo entró (hasta el mango) desde la clavícula hacia el interior del cuerpo, recorriendo unos 19 centímetros, cruzando el tórax, tocando ambos pulmones y seccionando, entre otros vasos importantes, la yugular.

Así, tras recibir esta herida, Cristina falleció en muy poco tiempo, porque se produjo una gran hemorragia que le causó un shock hipovolémico. Con respecto a la forma en que se produjo la lesión mortal, los forenses han descartado que la víctima se la hubiera hecho a sí misma, ya que las características de la misma indican que se hizo, probablemente, desde atrás, y desde arriba a abajo, estando el agresor en un plano superior.

OTRAS LESIONES

Además, Cristina presentaba signos de que había sido agarrada por el cuello, y que le habían tapado la boca "con violencia", ya que tenía lesiones en la parte interna de los labios.

A estas heridas, se suman cortes en ambas manos, aunque se trata de heridas superficiales, lo que denota que, al contrario de lo que sostiene el acusado, es improbable que hubiese un forecejeo prolongado entre ambos, en el que la mujer estuviese agarrando el cuchillo por la hoja. "Se tendrían que haber producido lesiones mucho mayores", ha señalado uno de los facultativos.

ACUSADO

En cuanto al examen forense del acusado, los peritos han concluido que Francisco presentaba únicamente arañazos en la cara, "compatibles con signos de lucha y defensa", y dos heridas muy pequeñas en una mano y en el abdomen.

Dado que el propio acusado reconoció que llevaba puestos unos guantes cuando ocurrió la pelea con Cristina, los forenses atribuyen las heridas de mano y abdomen a rascazos que se pudo hacer en el monte, cuando enterró los objetos sustraídos (para tratar de simular un robo en la vivienda).

Por otra parte, los facultativos han explicado que, tras entrevistarse en un par de ocasiones con el acusado, éste se mostró colaborador y contestó a las preguntas, aunque "omitió mucha información" porque quedó de manifiesto que su relato no fue congruente con las pruebas que se obtuvieron en la autopsia.

En cualquier caso, los informes han apuntado una "ausencia total de patología psiquiátrica", y han mostrado que Francisco era una persona "consciente y responsable de sus actos, sin ninguna duda".

VÍNCULO EMOTIVO

Según los forenses el acusado parecía mantener un vínculo emotivo con su exmujer, es decir, que "no había asumido la separación". "El matrimonio iba mal, pero los problemas anteriores se habían reconducido", han explicado, y han añadido que "la ruptura" se produce cuando aparece un hombre, con el que Cristina acababa de iniciar una relación.

"Esta persona se presenta como una amenaza para Francisco, porque puede cambiar la evolución de las cosas", han explicado los peritos, y han recordado que la presencia de esa persona, que iba a ser presentado a los padres de ella y que ya conocía a los hijos de la pareja "es trascendental porque implica la ruptura definitiva".

Estos facultativos han apuntado que los dos únicos momentos en los que Francisco "se emocionó" fueron al relatar su marcha de la casa familiar (cuando ya se había acordado el divorcio) y al reflexionar sobre el futuro sin que sus hijos quieran volver a verle.

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