Galicia

Un gallego pide matrimonio a su pareja en el encierro en Navia: "Sí, quiero"

Betty y Javi.
photo_camera Betty y Javi.

Betty Italiani recibió la sorpresa de su vida. Su pareja, Javi, desde el País Vasco, consiguió el apoyo de sus vecinos y amigos en Vigo para pedirle matrimonio

Navia fue este domingo testigo de una auténtica historia de amor, una pedida de mano que pudo realizarse gracias a la imaginación del novio y a la complicidad de los vecinos y amigos.

Javi, de 39 años y guardia civil lleva un mes fuera de Vigo al haber sido destinado al País Vasco. En su casa de Navia, dejó a su pareja Betty, de 36 y a sus dos hijos, de siete meses y tres años. “Esta situación es dura para ella y también para mí así  que quise dedicarle una canción, para animarla, pero después pensé en que realmente es la mujer de mi vida y que, después de siete años juntos, era el momento de dar el paso”, explica.

Así fue como Javi se puso en contacto primero con Luis y Silvia, dos vecinos de Teixugueiras que desde que comenzó el confinamiento han “montado” una especie de radio de balcón para sobrellevar el encierro. “Les envié un audio para que lo pusieran y les pedí una canción,  que significa mucho para nosotros”. Eso no fue todo. Javi también contactó desde la distancia con unos amigos que viven enfrente de su casa. A ellos les pidió que hicieran un cartel para colocarlo en la ventana con un mensaje: “¿Quieres casarte conmigo?”

Faltaba algo más, la participación de las amigas de la novia para  que hicieran a la hora fijada una videollamada. Todo estaba preparado a las 13,00 horas, el momento del vermú en Teixugueiras, cuando los vecinos salen al balcón para tomar algo y escuchar la música que ponen por altavoz Luis y Silvia.

“Se conectó tarde, porque estaba liada con los niños”, explica una de sus amigas, que vivió en primera persona la emoción del momento.

“Estaba hablando con mis amigas por el portátil y empezó a sonar la música, entonces escuché unas palabras y luego lo que me pareció la voz de Javi. Al principio no sabía muy bien qué pasaba, pero entonces él también se conectó a la videollamada y me pidió que mirara por la ventana y vi el cartel”, recuerda emocionada la novia. 

“No me lo esperaba para nada. Me pidieron desde el balcón donde pusieron el mensaje y la música que contestara con un megáfono que sabían que tenía. Lo había sacado del trastero cuando el confinamiento precisamente. Y respondí que sí, aunque no paraba de llorar”, relataba. Esta pedida de mano “será difícil de olvidar y ha sido una inyección de moral y un recuerdo bonito en estos momentos tan difíciles”.

Con su “sí, quiero” estalló la locura. Champán, arroz y la marcha nupcial, todo en medio de los aplausos de los vecinos cómplices y emocionados. “Fue precioso, sólo faltó el beso, pero seguro que pronto podremos estar juntos otra vez”, señala Betty.

Luis y Silvia, los maestros de ceremonia 

 A unos números de distancia del edificio de Betty, Luis y Silvia tenían todo preparado para la petición más romántica que les habían hecho desde que pusieron en marcha su iniciativa de poner música  con dedicatoria. “Javi contactó con nosotros y nos explicó lo que tenía planeado, nos pareció precioso”, explica Luis. Él y su mujer se pusieron manos a la obra y se convirtieron en los maestros de ceremonia. “Con el micrófono conseguimos captar la atención de Betty, le pusimos el mensaje de Javi y después cuando le pedimos la respuesta fue una fiesta”, afirma Silvia.

Luis sacó una botella de champán y la abrió por el balcón para brindar con el resto de testigos desde la distancia. “Desde los edificios comenzaron a echar arroz, todo el mundo participó y fue muy emocionante, algo bonito en este confinamiento”, asegura.

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