ENTREVISTA

“Estos hallazgos nos hacen replantear la edad de hierro en el noroeste peninsular”

El arqueólogo Rafael Martínez, junto a la presidenta de la Diputación.
photo_camera El arqueólogo Rafael Martínez, junto a la presidenta de la Diputación.

El arqueólogo de la Diputación de Pontevedra fue el encargado de dirigir el equipo que intervino en el yacimiento de A Lanzada

Rafael Rodríguez ha dirigido al equipo de arqueólogos de la Diputación de Pontevedra que ha intervenido en el yacimiento de A Lanzada, cuyos trabajos sobre el terreno finalizaban el pasado martes.

¿Qué ha supuesto este yacimiento en el estudio de la protohistoria de Galicia?

Supone un cambio en nuestra manera de enfrentarnos a lo que es la protohistoria de todo el Noroeste. Tenemos una secuencia cronológica importantísima para poder explicar lo que sería el tránsito de la Galicia galaica hasta la Edad Media, con documentos recogidos en muy pocos metros cuadrados, y permite dar una vuelta a lo que es la Edad del Hierro. En el caso de A Lanzada, nos encontramos delante de una factoría de salsas, salazones o conservas —eso aún está por determinar— de época prerromana, con unas cronologías de finales del siglo III a.C. o II a.C. Hasta este momento se pensaba que las salazones que se establecían en el NO son todas de cronología romana, del I d.C.

¿Qué más le sorprendió a usted, particularmente, de los hallazgos realizados en A Lanzada?

Todos los días había una sorpresa. A nivel material, lo que más me sorprendió es la cantidad de ‘terra sigillata’ y, de ella, la cantidad de graffitis (los nombres de sus poseedores) que aparecen, algo no excesivamente común para un yacimiento arqueológico gallego y más para un yacimiento que no sea urbano, que no tenga categoría de ciudad, como podría ser Lugo o Braga. Después, la concentración de cadáveres de neonatos en un espacio muy concreto. Eso es quizás lo que más nos vaya a romper la cabeza de cara a revisar bibliografía para poder explicar el por qué en un espacio limitado encontramos trece cadáveres de críos menores de un año con una cronología que va entre el año 40 y el 120 después de Cristo.

Pese a estos descubrimientos, ¿sigue siendo un misterio cómo morían los gallegos antes del siglo I?

Sigue siendo un misterio qué hacían los galaicos antes del siglo I, antes de la llegada de los romanos, si los enterraban en algún espacio en concreto, si los quemaban, si los llevaban a las aguas... Queda un montón de incógnitas por resolver sobre la muerte.

¿Quién es Cornelia?

Cornelia es una señora de en torno a 60 años y fue el primer esqueleto que nos apareció. De ella podemos decir que es del siglo V d.C. Por lo estudiado por la antropóloga Olalla López, tuvo una vida con mucho trabajo, porque tiene una serie de deformaciones en los huesos que así lo indica. El siguiente paso será tratar de conocer de qué se alimentaba Cornelia. No creo que podamos saber de qué murió pero sí cómo vivió esta mujer e incluso, si tuviésemos oportunidad y presupuesto, podríamos ponerle cara, reconocerle los rasgos faciales.

¿Y de los bebés, qué se sabe?

No tenemos ni idea y además requieren de un estudio muy laborioso. De hecho, lo único que hemos hecho hasta el momento ha sido su exhumación, su documentación y su traslado a la Universidad de Santiago para que la especialista en Antropología Física los pueda estudiar. Tenemos dataciones, pero no sabemos ni las causas de la muerte. Sabemos la edad, todos menores de un año.

¿Usted cómo se imagina que era antaño esta zona? 

Creemos que sería un espacio abierto, al menos a partir del IV a.C, donde confluyen comerciantes. Quizás A Lanzada sería un centro comercial, un punto de intercambio, un gran mercado a partir del cual se distribuirían esos materiales hacia el interior. Después va cogiendo esos matices, como es el de una factoría vinculada al mar.

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