La Escoba

En Lugo, una de romanos

Lugo, castrexos con mascarillas
photo_camera Lugo, castrexos con mascarillas
Los Conguitos de Iván Espinosa o la visita al mercado de Caballero no compiten con un Arde Lucus suspendido pero vivido

A Lugo es conveniente llegar con hambre para no parecer forastero. Por un café con leche en una de las terrazas al lado del Concello te ofrecen tapa de empanada, ensaladilla o albóndiga. Es casi la una de la tarde y tampoco se trata de regresar a casa con el buche hasta los topes.

El camarero levanta una ceja a modo de reproche al rechazarle la vianda. "¿No serás como el de Vox que se hizo una foto delante de la catedral comiendo unos Conguitos? Hay que ser pardillo". Se refiere a Iván Espinosa de los Monteros, vicesecretario de relaciones internacionales de la formación de ultraderecha, que  antes de predicar para un puñado de simpatizantes subió la imagen para responder a la campaña en la redes que solicita la retirada de la marca de las bolas de chocolate por considerar que la iconografía del envoltorio es racista. "Y para comer, Lugo", reza el atinado lema acuñado hace unas décadas. "Pues traiga una albóndiga, jefe, para no hacerle un feo". El camarero regresa sonriente con una bola de carne tan rica como generosa. 

Iván Espinosa llegó anteayer arrasando a Lugo y se encontró con la resistencia de romanos y castrexos –castreños para que lo entienda– que estos días no celebran, porque se ha suspendido por la pandemia de covid-19, pero sí viven el Arde Lucus, fiesta instaurada en el 2001 para rememorar el pasado romano, declarada  de Interés Turístico Nacional en 2017 y que reúne en la ciudad amurallada a medio millón de personas durante cuatro días. "Llegaron con el coche hasta la puerta del Concello, pero no se dieron cuenta de que estaban en una de las rutas que se han señalado para mantener viva la llama sin peligro para la salud y romanos y castrexos se lo reprocharon. Al final tuvo que mediar la Policía Nacional", sopla una mujer ataviada para la ocasión en la plaza que acogió un acto que congregó a una treintena de personas.

Un romano se acerca al periodista que en ese momento toma fotos de dos casetas situadas en la Plaza Mayor. "Somos de la asociación cultural de recreación histórica Cohors III Lucensium. Es la más antigua y levantamos el campamento de madera más grande, pero este año no se puede. Estamos haciendo ahora una videoconferencia con asociaciones de toda España para mantener vivo este fuego. Pásate el año que viene y tienes pagadas unas cañas o lo que sea". El joven es un excelente relaciones públicas, pero pierde el interés por el periodista cuando le pregunta por las diferentes caravanas electorales que el viernes desfilaron por Lugo. "Ah, sí ahí estuvieron unos cuantos de Vox un rato y antes también pasaron otros. Vente el año que viene, estás invitado, como si quieres comer algo ahora", añade mientras sale disparado a refugiarse de la lluvia en la caseta.

A Lugo hay que llegar en ayunas. Una hora antes, en la plaza de abastos sirvieron un trozo de empanada con el café pedido para entablar conversación sobre la visita realizada por Gonzalo Caballero, candidato socialista a la Xunta de Galicia. Así es más fácil de entender que las campañas electorales engorden, como comentó hace cuatro años Noa Presas, cabeza de lista del BNG por Ourense. "Sí vino por aquí el del PSOE a hacerse una foto, pero era día de mercado, había mucha gente y por aquí no pasó", comenta el hostelero sin ganas de profundizar en el tema político. El dueño del primer puesto de la plaza vende un queso y un membrillo de premio, pero él estaba con el del café durante la visita de Gonzalo Caballero. "Eu non o vin, estaba na cafetería pero díxome o meu pai que estivera. Agora vai vir un detrás doutro", explica mientras hunde el cuchillo en el membrillo. 

Autobús "British"

Si era lógico que la primera pasada de la escoba al tradicional acto de la pegada en Santiago no apareciesen testimonios sabrosos porque a las doce de la noche el personal está a punto de planchar la oreja,el repaso por Lugo confirma que las formaciones políticas confían en otro tipo de redes para atrapar al electorado. Hasta Antón Gómez-Reino, candidato de Galicia en Común, protagonizó el acto de Lugo en la sede de Esquerda Unida. Y en esas cavilaciones andaba el periodista cuando apareció un veterano militante socialista. "Gonzalo estrenó aquí su autobús rojo, muy 'british', de dos pisos, pero ya sabes que soy de los que crer que donde se pesca el voto es en el cuerpo a  cuerpo como hacía López Orozco. Menos mal que la alcaldesa, Lara Méndez, es una fenómena que habla con todo el mundo y se lo llevó hasta la plaza porque con mascarilla él solo no daba ni una mano. Y no escribas mi nombre porque no soy un tertuliano", pide al despedirse entre risas. En Lugo siguen con una de romanos.

Te puede interesar