Tribunales

El acusado del crimen de Ana Enjamio: "No la maté, teníamos una relación clandestina"

César Adrio Otero es trasladado por la Guardia Civil antes de sentarse este lunes en el banquillo. (Foto: EFE)
photo_camera César Adrio Otero es trasladado por la Guardia Civil antes de sentarse este lunes en el banquillo. (Foto: EFE)
Comenzó el juicio por el asesinato de la joven en Vigo. Su familia eleva a 39 años la petición de cárcel para el acusado, que habló de un "triángulo amoroso"

César Adrio rompió ayer su silencio para defender su inocencia ante el jurado popular que se encarga de juzgarle por el asesinato de la que fuera su pareja y compañera de trabajo, Ana Enjamio, en diciembre de 2016. Durante toda la instrucción, el acusado sólo había contestado a las preguntas de su defensa, pero en la primera sesión de la vista, que se sigue en la sección quinta de la Audiencia, se mostró dispuesto a responder a todas las partes personadas en la causa (Fiscalía, acusación particular y popular). 

Sereno y calmado, relató cómo conoció a la víctima ( ella tenía 26  años cuando murió, él 38)  y cuál fue su relación, siendo especialmente rotundo al asegurar que “yo no maté a Ana”, tratando de desmentir el argumento acusatorio por el que se enfrenta a penas de entre 27 a 39 años de cárcel. Afirmó que  era su compañera de trabajo y que en diciembre de 2015 se convirtieron en “amantes”, ya que ella tenía novio y él estaba casado y con hijos.  No fue hasta febrero de 2016 cuando la relación se afianzó, dejando ambos sus respectivas parejas y alquilando un piso para vivir juntos.

A mediados de julio, se produjo la ruptura. “Ella puso fin a la convivencia porque tenía muchas dudas en la cabeza y prefería hacer una pausa. En principio estábamos de acuerdo”, dijo mientras aseguró que Ana empezó de nuevo una amistad con su exnovio y “una relación clandestina conmigo”. Declaró que tras una discusión en agosto (un episodio que la Fiscalía recoge como prueba del supuesto hostigamiento y acoso que mantenía hacia la víctima tras la ruptura) “volvimos a hablar en el trabajo”. “Al principio era un acercamiento y poco a poco comenzamos a tener encuentros sexuales, pero ella quería mantener su prestigio en la empresa, no le gustaba que se supiera que había vuelto con su novio y estaba conmigo al mismo tiempo”.

Sobre la citada discusión, en la que aparece la Policía Local, afirma que acudió a casa del novio de Ana y que se los encontró juntos, “supe que ya había elegido, así que le pedí las llaves del piso, porque no iba a seguir pagando el alquiler para que se fueran allí juntos. Pasaba una patrulla y ella les avisó de que no le dejaba marcharse, pero yo sólo quería que me diera las llaves”.

La noche antes habían mantenido una disputa en el citado piso porque “creía que estaba embarazada y no me pareció normal que se fuera con el novio en esas circunstancias”.

El día de la cena de Navidad en el trabajo, en el que se produjo el crimen, aseguró que fue la víctima quien le recogió del trabajo, porque él tenía el coche en el taller. “Llevó a una compañera y a mí me dejó en el hospital para ver a mi abuela, que estaba enferma. Por la tarde me dieron el coche porque quería ir con él a la cena, aunque faltaba pintarlo”. Al llegar  al hotel de la cena “a la entrada me encontré con Ana, nos dimos dos besos y nos sentamos separados porque las mesas estaban asignadas. Pero bailamos juntos y tuvimos un escarceo amoroso en el baño de minusválidos”.

Según su relato, “incluso le ayudé a quitarse los zapatos porque le hacían daño para bailar”. Al salir, “fuimos otros tres compañeros y nosotros dos a dar un paseo porque una de las chicas había bebido bastante y se encontraba mal. Ana tenía miedo de encontrarse con su novio que andaba por la zona así que me pidió que me fuera. Entonces me fui, cogí el coche, llegué a casa de mis padres, comí algo, me duché y me fui a Villargacía a ver a mis hijos”.

Asegura que fue al día siguiente cuando estaba en el parque cuando recibió una llamada “era para que fuera a Comisaría porque había habido un incidente en la cena y estaban llamando a todos los que acudimos. Al llegar a Vigo, a López Mora, había varios compañeros. Allí me enteré. Me dijeron que Ana había aparecido muerta. Entonces me quedé en estado de shock, como en una nube”.

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