La alameda de Marín, donde tiene su base el Grupo Nores, armador del “Villa de Pitanxo”, naufragado el pasado martes en el gran banco de Terranova (Canadá), acogió ayer una protesta multitudinaria para lograr que se retome la búsqueda de los 12 marineros que siguen desaparecidos. La mitad de la tripulación sigue sin ser encontrada, después de que las autoridades canadienses tuvieran que suspender su búsqueda, 36 horas después del naufragio a unos 460 kilómetros al este de San Juan, ante las nulas posibilidades de encontrarlos con vida y debido a las condiciones meteorológicas tan adversas.
Samuel Kwesi, uno de los tres supervivientes del naufragio, suplicó que se retome la búsqueda de sus doce compañeros desaparecidos, según explicó ante los medios Julio Torres, pastor evangelista de Marín y amigo del marinero. En la concentración las familias insistieron en su petición de "reanudar la búsqueda cuanto antes" y aseguraron que no van a parar ni "olvidar". Tanto en declaraciones a los medios como en la intervención desde el palco de la música, los familiares insistieron en la necesidad de "reanudar la búsqueda lo antes posible", señalando que los pesqueros que se encuentran en la zona aseguran que "la meteorología ya lo permite". Explican que saben que las posibilidades de encontrar los cuerpos son "pocas, pero son nulas si no se va" y por eso piden "buscar un poco más". Han apelado además a la Armadora, a la empresa Nores, a la que piden "colaboración".
"Sabemos que no están vivos. Queremos recuperar sus cuerpos"
Especialmente críticos fueron con el Gobierno central, al que le afearon la falta de información y de medios propios en Terranova, que sí se destinan para otras catástrofes o para prestar ayuda en conflictos. "No estamos pidiendo una ayuda, estamos pidiendo un derecho", aseguraron sobre la recuperación de los cuerpos de los desaparecidos.
Es por este motivo que anunciaron que hoy se concentrarán ante la Subdelegación del Gobierno en Pontevedra y que pedirán, también esta semana, una audiencia con el Ejecutivo central. A este respecto, Cristofer, el hijo de uno de los desaparecidos dijo que "esto se va a olvidar una vez que lleguen los cuerpos y los supervivientes. Por eso vamos a seguir, queremos respuestas. No vamos a callarnos"
En la protesta, María José, hija de Francisco de Pazo, el veterano jefe de máquinas que sigue desaparecido, anunció que esta semana los familiares de los tripulantes que puedan irán a Madrid para solicitar audiencia con el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y con la ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, con el objeto de trasladarles su petición. Denunció además que desde hace cuatro días no hay rastreo en el Atlántico Norte. "Sabemos que no están vivos, pero nosotros queremos recuperar los cuerpos. Los patrones en Canadá nos dicen que ha mejorado el tiempo. ¿Por qué no se reanuda? Hay olas de cinco metros. Allí es normal". El día que aquel océano engulló el barco gallego de 50 metros de eslora, la altura era el doble. "Queremos una explicación, no palabras", reivindicó la portavoz habitual de los familiares de esta dotación que pescaba fletán negro. "Cada día que pasa es más difícil encontrar algún cuerpo", subrayó. "Nos sentimos abandonados, no movieron nada. Son españoles, no son ningún animal para dejarlos allí tirados. Es sencillo: háganlo”.
Carolina, mujer de Jonathan Calderón, ha compartido que hasta anoche no pudo contar lo sucedido a su hijo, el mayor, que es menor, pero menos que la pequeña que tienen. "Somos peruanos con nacionalidad española, residentes en Marín. Es tan doloroso decir a unos niños... Tengo la esperanza de que, aunque esté muerto, lo traigan".
"No estamos pidiendo una ayuda, estamos pidiendo un derecho. Es muy difícil venir aquí. Yo no iba a venir", ha zanjado, llorosa.
El laureado atleta olímpico Jean Marie Okutu, multicampeón de España en salto de longitud, cuyo hermano mayor, Edemon, falta, ha tenido que recibir aplausos de ánimo para poder articular palabra: "que se intente un poco más", "sólo les pedimos eso".
Sin poder contener el llanto, ha relatado que Edemon tiene mujer y tres niñas, una muy pequeña, y que este mismo mes él, el primogénito de sus padres, había cumplido años. "Un mínimo esfuerzo", ha demandado.
