LA ESCOBA

La “tiritIlla" del rasguñado Caballero

Salvador Illa, con una militante en Lugo (FOTOS: SUSO ARJOMIL).
photo_camera Salvador Illa, con una militante en Lugo (FOTOS: SUSO ARJOMIL).
Salvador Illa enchufó a militantes y simpatizantes socialistas, que comentaban al día siguiente su elegancia discursiva y la ausencia de forofismo para pedir el voto del cambio.

La campaña de Gonzalo Caballero para arrebatarle a Feijóo la presidencia de la Xunta supuraba pesimismo entre la militancia  más realista, como se pudo constatar al pasar la escoba hace una semana en Lugo tras la primera parada electoral del autobús de dos pisos en el que se desplaza la caravana socialista. Parecía que les tocaba tirar del recurrente cliché "no es un buen candidato, pero será un buen presidente" y apretar los dientes para evitar que el BNG pilotado por Ana Pontón se convierta en la segunda fuerza más votada.  

Gonzalo Caballero se agarra al flotador de que el 28 de abril de 2019 el PP perdió por primera vez en cuatro décadas unas elecciones en Galicia para llegar a la orilla con opciones de voltear las encuestas. Y es cierto, como también que las ganó Pedro Sánchez y las perdió Pablo Casado. Pero hasta que se abran las urnas nada está decidido, como bien sabe Emilio Pérez Touriño, que se acostó la jornada de reflexión creyendo que repetiría como presidente de un Gobierno bipartito al considerar imposible que Feijóo le pudiese pasar por la derecha. Ahora son los sondeos los que abrazan a Feijóo con generosidad, aunque seguro que no ve tan clara la mayoría absoluta porque habrá escuchado que "cuando la limosna es tan grande hasta el santo desconfía". 

"Salvador Illa es el ministro, la gente se quedó enamorada y hubo colas para hacerse fotos con él", comenta un militante

Un rasguñado Gonzalo Caballero encontró ayer la manera de ponerle una tirita a la herida del desánimo con el refuerzo del ministro de Sanidad, Salvador Illa, en su primer acto electoral desde la pandemia de covid-19. "Una 'tiritIlla", bromea un veterano militante socialista que aparece por azar en una calle del centro de Lugo. "Ya sin bromas, Salvador Illa ahora es el ministro. El tío hizo un discurso elegante y sin crítica gratuita que encendió a los 300 militantes y simpatizantes que allí estábamos. La gente se quedó enamorada. Todos querían hacerse una foto con él, hasta hubo colas". Siguiendo con la retranca y tratándose del ministro de Sanidad al que la pandemia situó en el centro del foco mediático y no perdió el aliento, más que colas sería lista de espera para conseguir la imagen. El militante se ríe con la chanza del periodista que, como el santo de la limosna, desconfía de que el baño de masas del ministro haya sido de la magnitud que menciona un militante en campaña electoral. "Después te envío una foto de una amiga que es simpatizante, no tiene ningún cargo  e  hizo cola para sacarse una foto con él para que veas que no te miento. Salvador Illa tiene tanto tirón como una estrella del pop, si fuese por mí, no lo dejaba marchar en toda la campaña", añade con una mueca simpática. Un par de horas después, la imagen llega a través de la famosa red de mensajería instantánea con una aclaración: "Se llama Carmen Verdes, es simpatizante, no militante, y no le importa que la publiques en el periódico".

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En el buzón destinado a la publicidad de un portal al lado del Parque da Milagrosa, donde se celebró el mitin, resiste un folleto que anuncia el acto con las fotos de Salvador Illa y de Gonzalo Caballero. En la explanada del auditorio Castro Freire ha quedado propaganda del PSdeG-PSOE olvidada, pero sobre todo se aprecian los restos de la feria que se acaba de celebrar. El servicio de basura del Concello de Lugo comienza con la limpieza de la zona a las tres de la tarde. 

"Gonzalo Caballero tendría que saber que a partir de 20 minutos la gente pierde el interés"

A Mariña

"Las medidas de seguridad fueron flipantes, con toma de temperatura, separación de las sillas, todos con mascarilla... Como venía el ministro de Sanidad el esfuerzo ha sido mayor", explica la casual fuente socialista mientras sugiere un café rápido. La bandeja con abundantes tapas pasa tres veces durante veinte minutos en una terraza. Los tres rechazos a las viandas provocan que el camarero le espete al periodista que "se nota que no eres de Lugo". El militante prosigue con la explicación del acto. "Aquí la gente está muy preocupada por el rebrote de covid-19 que se ha producido en A Mariña y le hicieron muchas preguntas sobre eso. Illa me sorprendió por una fuerza elegante en el discurso. Triunfó y no todos los asistentes eran militantes porque eso se nota ya que no aplaudían a todo lo que se decía". 

Con Salvador Illa de telonero, le tocó a Gonzalo Caballero cerrar  la función en su papel de candidato. "Le pone ímpetu, como destacó Illa, pero tendría que saber que a partir de los 20 minutos la gente pierde el interés y desconecta. El tío nos tuvo 45 minutos, llevando el mitin hasta las diez de la noche y en Lugo el cambio de temperatura es enorme". Pérez Touriño también era un peñazo con sus parlamentos y acabó de presidente luciendo el traje de profe antipático, como el que quiere vestir Caballero.  

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