El Parlamento gallego, con los votos del PP, dio ayer el visto bueno a la tramitación del proyecto de ley de galleguidad, que contó con el rechazo unánime de los grupos de la oposición. El vicepresidente de la Xunta, Alfonso Rueda, defendió que este proyecto promoverá la fusión de entidades en el exterior para lograr una mayor eficiencia y ofrecer mejores servicios. Rueda destacó que esta norma se hizo 'con consenso' de las comunidades en el exterior. Para el vicepresidente gallego, esta ley es de contenido 'fundamentalmente asociativo' y recordó que hay 370 entidades en 25 países de tres continentes.
La ley delimita los criterios y requisitos que deben reunir las entidades y el procedimiento para su reconocimiento y, además, se regula el Registro de la Galleguidad y se crea la figura de centros colaboradores. Para Rueda, se trata de una apuesta para que los vínculos con asociaciones económicas y empresariales contribuyan a reforzar la marca Galicia y la internacionalización de las empresas.
RECHAZO DE LA OPOSICIÓN
Los portavoces de los tres grupos de la oposición rechazaron unánimemente el proyecto defendido por el Gobierno y cuestionaron, sobre todo, las carencias de la ley sobre los reconocimientos de ciudadanía en el exterior.
La portavoz del PSdeG en el debate, Marisol Soneira, calificó este proyecto de ley como 'autista de la realidad', ya que ha argumentado que 'no tiene en cuenta la evolución del pueblo gallego ni del mundo'.
Ha añadido que 'no hay un sólo capítulo referente a los derechos de los ciudadanos' que quedan 'olvidados', ha dicho, ya que la ley atribuye más importancia a los intereses de entidades y organismos que de las personas.
El diputado de AGE Xabier Ron ha manifestado su oposición al proyecto de ley, y lo ha definido como un 'despropósito' que 'quiebra el concepto de ciudadano gallego' ya que, en su opinión 'deja al margen a las personas que están fuera de Galicia'.
También Francisco Jorquera, portavoz del BNG en el Parlamento, ha acusado al gobierno de utilizar este anteproyecto de ley como 'mercancía electoral' y lo ha calificado la 'cajón de sastre', ya que a su juicio, se mezclan los derechos de los ciudadanos con la galleguidad.
Paula Prado (PPdeG) contestó a las enmiendas de devolución de la oposición, que fueron rechazadas, y acusó tanto al BNG como a AGE de 'mostrar un profundo desconocimiento de la Galicia exterior'.
RECHAZO DE LA OPOSICIÓN
Los portavoces de los tres grupos de la oposición rechazaron unánimemente el proyecto defendido por el Gobierno y cuestionaron, sobre todo, las carencias de la ley sobre los reconocimientos de ciudadanía en el exterior.
La portavoz del PSdeG en el debate, Marisol Soneira, calificó este proyecto de ley como 'autista de la realidad', ya que ha argumentado que 'no tiene en cuenta la evolución del pueblo gallego ni del mundo'.
Ha añadido que 'no hay un sólo capítulo referente a los derechos de los ciudadanos' que quedan 'olvidados', ha dicho, ya que la ley atribuye más importancia a los intereses de entidades y organismos que de las personas.
El diputado de AGE Xabier Ron ha manifestado su oposición al proyecto de ley, y lo ha definido como un 'despropósito' que 'quiebra el concepto de ciudadano gallego' ya que, en su opinión 'deja al margen a las personas que están fuera de Galicia'.
También Francisco Jorquera, portavoz del BNG en el Parlamento, ha acusado al gobierno de utilizar este anteproyecto de ley como 'mercancía electoral' y lo ha calificado la 'cajón de sastre', ya que a su juicio, se mezclan los derechos de los ciudadanos con la galleguidad.
Paula Prado (PPdeG) contestó a las enmiendas de devolución de la oposición, que fueron rechazadas, y acusó tanto al BNG como a AGE de 'mostrar un profundo desconocimiento de la Galicia exterior'.
