El doctor Víctor Vidal concede a los gallegos ventaja a la hora de superar la actual situación provocada por la pandemia: "Tienen un espíritu optimista mayor que en otras comunidades, son luchadores y con una gran resiliencia".
La señora que tira del perro luce en la espalda del plumífero un lema apropiado para el momento: "The way we live". "La manera en que vivimos", como mal menor, será desplazada por la "nueva normalidad", continuandocon el largo recorrido que está teniendo la definición acuñada por el presidente Sánchez para dulcificar la vida a distancia que estaremos condenados a llevar. Al menos hasta que haya vacuna o se encuentre un tratamiento efectivo para los enfermos de COVID -19.
La señora responde con mueca de extrañeza al confesarle durante el adelantamiento que está muy bien la frase del plumas, aunque puede que no se haya tomado la molestia de traducirla. Quizá sea la prueba de que tal y como vivíamos se acercaba al sinsentido. Si pone "For sale" en la prenda también se vendería.
Durante las seis semanas de confinamiento, sólo el rebullicio de los cativos por la liberación del pasado domingo ha contrarrestado la carga de negatividad y sospecha que se percibe en quehaceres cotidianos como la compra. Otra cosa es el tiro al padre, como antes se practicó con los propietarios de perros, en las redes sociales. Distinta diana, parecidos francotiradores, el caso es apuntar. En otra situación, la señora hubiese bromeado por el comentario, pero hoy cambia de dirección. El Gobierno puede estar tranquilo por la distancia social. No será necesario que nos siga pastoreando, ya nos separamos solitos.
El texto se está contagiando de negatividad hasta que en la agenda aparece el teléfono del doctor Víctor Vidal Lacosta (Zaragoza, 1980). Su currículum es amplio: médico especialista en Medicina del Trabajo, inspector nacional de la Seguridad Social, doctor en Medicina y Cirugía por la Universidad de Zaragoza, experto en riesgos laborales, investigador sobre el estrés desde hace tres lustros y divulgador en prensa y programas de televisión como el inolvidable 'Redes' de Eduardo Punset. Pero sobre todo es un optimista impenitente.
"¿Estás buscando a alguien que dé un poco de esperanza, verdad? Llevo el confinamiento con entusiasmo y una actitud positiva", comenta al responder a la llamada. La perplejidad que nota al otro lado de la línea la despeja de inmediato: "Sí, porque creo que hemos tratado muy mal al mundo y el mundo nos ha dicho: 'Oye, hay que replantearse esto y ser mejores personas. Lo importante es la actitud que tomemos ante las adversidades. De todo lo malo se aprende algo bueno y no hay algo eterno, todo tiene su final. La vida no se acaba hoy, comienza mañana. No importan las adversidades, sino nuestra actitud. Nuestros abuelos pasaron una guerra mundial y no tenían para comer y salieron adelante. Hay que intentar dar impulso y no frenar a la gente".
Sí que comienza con ganas. "Es que hoy me he levantado muy positivo. No se puede machacar continuamente con noticias negativas. El que te diga que no puedes es porque él no lo va a conseguir, pero tú sí". La conversación está adquiriendo el tono de un libro de autoayuda, pero el doctor Vidal se da cuenta de la percepción del informador: "No es demagogia, es realidad. Si le das esperanzas a un enfermo terminal, está comprobado que su vida se alarga, además de tener un final mejor".
15 años dedicado al estrés
Tras 15 años dedicado al estudio del estrés, apunta que "no hay nada que origine un estrés tan malo como la incertidumbre, el miedo y el fracaso, que puede deparar enfermedades como la depresión, la angustia, la ansiedad e incluso el suicidio". El optimismo vuelve a ser el flotador al que agarrarse para seguir a flote. "Es el momento de formarse, de retomar contactos, de reilusionarse, incluso de buscar otra actividad en la que te sientas feliz si has perdido el trabajo. Es muy importante estar motivado porque esto va a terminar, va a venir una etapa diferente y por todo lo diferente merece la pena apostar ".
Víctor Vidal se atreve a aventurar qué habrá detrás del eslogan "The way we live" cuando el mundo vuelva a girar sobre el eje de la nueva normalidad: "Me imagino una sociedad más inteligente, más preparada, una sociedad donde no haya que estar ocho horas en un establecimiento o en la oficina, donde se impulse el teletrabajo y la telemedicina, donde las personas podamos ser más felices sin la necesidad de abarcar más; siempre que aprendamos de esto".
Concede a los gallegos varios cuerpos de ventaja: "Pienso que tienen un espíritu optimista mayor que en otras comunidades. Los gallegos que conozco son luchadores y con una gran resiliencia. Lo que no entiendo es que Galicia no tenga no uno, sino dos trenes AVE en marcha". Otra razón para "reilusionarse".
