La madre de la menor e hija del acusado, denunciada por desatender a la niña, se negó a declarar

Un vigués, juzgado por abusar de una nieta con minusvalía

'Yo no toqué a mi nieta, porque eso no me cabe en la cabeza', declaró ayer de forma insistente el acusado de abusar sexualmente de su nieta de 17 años, minusválida física y con un retraso de maduración, durante el juicio celebrado en la sección quinta de la Audiencia en Vigo, y para el que la Fiscalía reclama 10 años de prisión y 19 de alejamiento de la víctima.
El abuelo, Manuel G.R., que en el pasado fue denunciado por dos sobrinas por hechos similares, reconoció que en marzo de 2011 pasó algo más de una semana en casa de su hija en Gondomar 'porque estaban arreglando el ascensor de mi edificio' y que, durante ese periodo 'dormí en la habitación con mi nieta'. Fue durante esos días, cuando la víctima, entonces menor de edad, denunció que su abuelo se le metía en la cama, sometiéndole a tocamientos tanto en los pechos como en sus genitales, y tapándole la boca para que no pudiera gritar.

El relato de los hechos de la víctima, que se desarrolló durante la sesión a puerta cerrada para salvaguardar la intimidad de la joven, fue negado en todo momento por el abuelo quien aseguró desconocer el motivo por el cual su nieta mentía. Aseguró que 'nos llevábamos bien y sólo discutimos por un dinero que había repartido su tía y que me reprochó que no le hubieran dado'.


ACTITUD MATERNA

No fue hasta que el acusado abandonó la vivienda cuando la menor contó los hechos a su madre quien según su testimonio aportado por otros testigos, le aconsejó que no lo contara ya que era su abuelo y no lo podían denunciar. Esta actitud materna fue corroborada en el juicio por la tutora de la menor en el colegio quien, tras mantener una reunión con ella, confirmó que 'no estaba muy dispuesta a que se activara el protocolo en menores'.

No se pudo, no obstante, contrastar la versión de la madre, ya que ella se negó a declarar durante el juicio, un derecho que le confiere el tribunal al ser el acusado su propio padre. Esta situación fue interpretada por la fiscal como un 'acto de abandono' hacia su hija.

De hecho, en la propia denuncia interpuesta por las tías paternas de la menor por estos hechos en la Policía se hacía especial hincapié en la actuación negligente de la madre al desatender a la niña, un hecho que ya había sido denunciado ante Menores en varias ocasiones.

Tampoco quiso declarar en la vista el abuelo paterno de la niña, que convive también con ella, ya que actualmente es la pareja sentimental de su madre, por lo que ejerce de abuelo y de padrastro al mismo tiempo. El padre de la víctima murió hace diez años y desde entonces la relación entre una familia y otra no es buena.

Sí prestaron testimonio las dos tías paternas de la menor, quienes pusieron la denuncia al enterarse tres meses después de los hechos. 'Manteníamos contacto con ella de forma clandestina, y en un encuentro del que su madre no tenía conocimiento, nos lo contó'.

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