Hija y sobrina de históricos sindicalistas. Estaba cantada su pasión por la política.
Yolanda Díaz (Ferrol, 1971) es hija y sobrina de históricos sindicalistas. Estaba cantada su pasión por la política. Nació con el puño levantado, como le dijo el jornalero al amo. "Con el puño levantado seguro y cantado... A veces los hijos salen mucho más rebeldes que sus padres, pero sin lugar a dudas las casas siempre condicionan. En la mía se peleó por la justicia, la igualdad y por defender a los más débiles. Creo que ese es el camino correcto", afirma.
Es la única mujer que se ha presentado como candidata a la Xunta.
Espero que mi hija y las hijas del mundo se presenten a muchos procesos electorales y tengamos muchas mujeres en política para cambiar el mundo. Es una tristeza.
Pero en el matrimonio de AGE Beiras no le cedió el puesto.
Bueno, ser mujer hace que veas siempre las cosas de otra manera. Si fuera un hombre seguro que nos pelearíamos por competir y yo pienso que esas cosas no se hacen en política.
¿Volverá usted a presentarse?
No trabajo así. Soy abogada y ya veré qué hago con mi vida.
Es amiga de Pablo Iglesias.
Como hermanos. Nos queremos mucho, sí.
¿Es el proyecto de Podemos tan personalista como parece?
No lo creo. En la política hay una parte de espectáculo y otra, digamos, de promoción. Hay como dos Pablos, una persona seria, rigurosa y con una formación extraordinaria, muy alegre. Y también es cierto que hay una estrategia, como en otras formaciones políticas, en la que su liderazgo es muy profundo.
¿Qué no sabemos de él?
Que es una persona extraordinaria sin lugar a dudas.
Él militó en las Juventudes Comunistas y usted lo conoce desde los 14 años, ¿con colegas así no está en riesgo de desaparecer Izquierda Unida?
No, nosotros no tenemos amigos con narcotraficantes. Es muy buena gente, aunque estemos en proyectos políticos diferentes. Izquierda Unida no está en riesgo de desaparición y lo hemos demostrado en esas últimas elecciones municipales. Sin las candidaturas de unidad popular, hemos obtenido más concejales que en toda la historia de la democracia. Y mientras haya desigualdad social, Izquierda Unida y lo que representa no va a desaparecer.
Usted me dijo que la izquierda o es mestiza o no va a ser.
Y ahora más que nunca.
¿Qué partidos van a estar en esa candidatura de unidad popular?
Más que hablar de partidos creo que hay que hacerlo de la gente. Esa gente que cuando salimos nos decían que le daba igual de que partido fuésemos, pero que querían un futuro mucho mejor para sus hijos. Hay sátrapas que están esquilmando a la ciudadanía, a la mayoría social como estamos viendo estos días con lo que pasa en Grecia.
¿Qué los separa para que no esté hecha ya esa candidatura de cara a las elecciones generales?
Nos separa la torpeza y la vieja forma de hacer política, también en Podemos. Nos separan muchas cosas que no comparto ni en mi organización ni en otras. Hay poca experiencia en nuestros país, y hablo de Galicia, de cooperar, de tejer la política con las manos. AGE fue una herramienta maravillosa en ese sentido, como un pequeño faro que abrió camino y a veces por ser gallegos no ponemos en valor lo que hacemos. Es cierto que AGE fue vista en el Estado y fuera del Estado como una experiencia cooperativa y tenemos que trabajar en eso, pero se piensa mucho en el minifundismo y en el terruño. Creo que no son tiempos de terruños, sino de altura de miras, de audacia y de poner la problemática de la gente en el centro de la actuación política. La política es un servicio público, no 'merchandising' ni pelear por el tamaño de un logo en una papeleta.
Usted quiere que también esté Podemos, ¿no le parece curioso que un partido con sensibilidad a la izquierda esté peleando por la marca?
Lo mismo que le critiqué a Izquierda Unida cuando hizo eso creo que la estrategia de Podemos es errónea, aunque soy consciente de que es un actor central para sacar a la mafia de las instituciones y llegar a La Moncloa. Soy consciente de que la marca Podemos es relevante y de que la gente quiere votar a Podemos. Pero insisto en que el debate sobre el proceso de confluencia ni puede ser en torno a las siglas, reconociendo que las siglas tienen su rol. Pero no podemos empezar por arriba, lo tenemos que hacer desde abajo.
¿Qué le parece el gesto del BNG de sacrificar las siglas? ¿Es así más fácil?
Está bien que el Bloque después de lo que pasó llegue a esta conclusión.
¿Qué futuro tiene AGE?
AGE es un espacio político, no una marca. El espacio va trasmutando. Fuimos en las mareas y en futuro veremos qué somos en las generales y en las gallegas. En el mitin de cierre de AGE estaba la misma gente que en el de la Marea Atlántica en A Coruña. Es un espacio político de combate, de ruptura y de percepción de que nos están saqueando, tomando el pelo y de que hay que meter a gente honesta en política. De eso va la cosa.
¿Es Xosé Manuel Beiras tan ingobernable como parece?
No es cierto. A mí lo que más me ha sorprendido de Xosé Manuel Beiras es la sensibilidad que tiene hacia los más débiles. Es una parte que no se ve. La cercanía con los más débiles me enternece.
¿Pero no cree que a veces pierde en el Parlamento la razón que pueda tener por las formas?
Todos a veces perdemos la razón por las formas. Un presidente de la Xunta que me dice que causé más violencia a las víctimas que ETA en 30 años... Si no es perder la razón por las formas que me lo expliquen. Sucede que hay sambenitos que se cuelgan y Beiras forma parte de una manera de hacer política con una personalidad arrolladora sin lugar a dudas. Pero insisto en que me quedo con la cercanía que muestra con los más débiles. Es contrario a lo que hace la gente: entregado con los débiles y cruel con los poderosos. Es lo que más me seduce.
Miguel Tellado, portavoz del PPdeG, dijo el otro día que usted es una pirómana de la palabra.
Y él es un mercenario.
¿Y lo de Yolanda Díaz con Feijóo es teatro o se tomaría algo con él?
No me tomaría nada con él. Lo desprecio en términos políticos indudablemente. Representa lo peor. Es un amoral.
Dígame algo bueno que haya hecho Feijóo.
Digo con sinceridad que creo que es un mal gestor. Mi experiencia me dice que ha dilapidado el país. Es el presidente más caro de la historia de Galicia. En cinco años colocó la deuda por encima de los 10.000 millones de euros y no sabemos cómo lo vamos a pagar. Es que no ha hecho nada bueno. Dilapidó la industria de este país, sacrificó el sector primario, privatiza la sanidad y la educación, ataca a las mujeres con sus políticas reaccionarias. Lamento decirlo pero no ha hecho nada bueno. Tengo altura para saber cuando un político hace algo positivo y no quiere decir que no reconozca que promueva su figura muy potentemente. Hay el Feijóo de marca, el que promueve, y el que conocemos.
¿Qué le ha pasado a AGE para que dos diputadas escaparan al Grupo mixto?
Creo que a AGE nada, se lo habría que preguntar a las dos diputadas. Yo peleo por la causa de la que vengo, por una política de servicio público en la que hay que tener dignidad y trabajar en proyectos colectivos. Yo nunca me iría cuando fui elegida en una candidatura. Y si no comparto algunas de las cosas, lo más legítimo es irte a casa y defender tus ideas con dignidad. Nunca haría lo que ellas hicieron.
¿Qué le parece Pedro Sánchez, el líder del PSOE?
Iba a hacer un comentario políticamente incorrecto... Es un hombre que representa lo peor de la vieja política a través de nuevas formas.
¿En qué ha mejorado el campo gallego desde que en el Parlamento europeo está la labradora Lidia Senra?
En la toma de conciencia y de consciencia. ¿En que ha mejorado? En nada porque lamentablemente las competencias las tiene el Estado y Alberto Núñez Feijóo no se caracteriza por la defensa de este pueblo. Que los productores gallegos estén vendiendo el litro de leche a 18 céntimos como hace unos días es una auténtica vergüenza, que los labradores franceses tengan garantizado un precio digno nos demuestra que hay otras formas de gobernar.
¿Se siente decepcionada por Alexis Tsipras?
No porque sabía lo que iba a pasar. Yo le recomiendo a todo el mundo el libro 'Contra la Troika' que se publicó antes de lo de Grecia. La izquierda europea conocíamos la lucha de David contra Goliat. No sé si hay infantilismo en la izquierda y se pensaba que cuando Varoufakis se enfrentaba a la Comisión Europea era un juego. No lo era y se sabía que íbamos a salir derrotados por lo que se plantea en esa obra. Hay una tríada imposible que es lo que reclama la izquierda en el sur de Europa: reestructurar la deuda porque no hay manera de pagarla; salir de las política de austeridad que matan y con esta UE no es viable hacerlo; y en tercer lugar, emprender políticas de cara al crecimiento económico, pero menos en cemento y más en bienestar, en políticas sociales, y en democratizar los tratados. Yo pensaba que esta tríada imposible no se iba a dar. ¿Quiere decir que comparta lo que hizo Tsipras? No lo comparto, pero el martes, y me hace mucha gracia, se va a discutir en las Cortes el rescate griego cuando a nosotros se nos impidió discutir el rescate de España. Esto tiene mucha tela pero Alberto Garzón va a decir lo que pensamos sobre Grecia. Era una negociación imposible. La izquierda europea tiene que trabajar por una alternativa para hacer otra Europa. Sé que es un debate controvertido pero creo que en el euro no tenemos futuro.
¿Es partidaria de salir del euro?
Yo soy una mujer de izquierdas y una salida conjunta de los países del sur de Europa creo que sería viable.
Acaba de mencionar al líder de Izquierda Unida. ¿Es más de Garzón o de Pablo Iglesias?
Soy de Garzón, milito en Izquierda Unida. Soy amiga de los dos y quiero a los dos con mucha intensidad. Tengo la suerte de conocerlos. Garzón es un hombre muy joven que está terminando su noveno libro sobre economía y política y acaba de cumplir 29 años.
Aburridos.
(Se ríe) Creo que es de los hombres más solventes que hay en este Estado. Pablo es un gran comunicador pero Alberto tiene una solvencia extraordinaria.
¿Cuál es el modelo territorial de Yolanda Díaz?
El modelo territorial de Yolanda Díaz y de Izquierda Unida, en la que milito, es que los sujetos políticos decidan cómo quieren relacionarse en el conjunto del Estado. Y esos sujetos políticos, entre ellos Galicia, si yo votara lo haría por tener un modelo federal en el conjunto del Estado. Creo que el modelo federal es profundamente democrático. El actual está agotado pero tienen que ser los pueblos los que decidan qué quieren ser de mayores.
¿Qué cree que va a suceder en Cataluña?
Vamos a vivir un momento interesantísimo y seguramente después del 27-S veremos que las fuerzas de ruptura van a ganar por goleada. Será el inicio de un proceso constituyente en el que espero que seamos capaces de ponernos de acuerdo para después ganar La Moncloa. Es un momento apasionante. También creo que en Cataluña se evidenció que Mas no nos representa, que es la corrupción y que forma parte del régimen putrefacto que tenemos que combatir. Estas elecciones en Cataluña no son unas más, son la antesala de ganar La Moncloa.
Dígame qué formaciones estarán en esa lista de unidad popular de cara a las elecciones generales.
A mí me gustaría una candidatura que esté apoyada por mujeres como Ada Colau, Manuela Carmena, por los alcaldes del cambio político de este país como Martiño Noriega, Jorge Suárez o Xulio Ferreiro, por Beiras, Pablo Iglesias, Alberto Garzón... Por gente maravillosa. Son tiempos de tender la mano, de ser generoso y de poner a la gente en la centralidad. La única centralidad es la gente que está sufriendo y yo peleo por esa gente.
¿Y encabezando el cartel?
Me da igual. No es mi estilo. Ya sé que eso es muy masculino, pero creo que hay que romper la manera de hacer política.
Sabe que se dice que si el BNG no está en el Congreso, en Madris no se vuelve a hablar de Galicia.
Yo no quiero que desaparezca el Bloque. Nunca dirán de mí eso. No soy nacionalista pero como gallega no quiero que desaparezca el Bloque.
¿Ve posible una candidatura conjunta de cara a las elecciones gallegas?
De aquí a un año y media a la velocidad que va el tiempo político puede pasar cualquier cosa.
¿Qué tal con Xavier Vence, el portavoz nacional del BNG?
Creo que es un hombre honesto.
¿Y con su vecino ferrolano el histórico líder nacionalista Francisco Rodríguez?
Sí, somos vecinos. Es un hombre al que respeto mucho aunque no comparta sus ideas. Lo respeto aunque creo que su estrategia no ha sido la correcta.
