La azafata de Alitalia que participa en el concurso televisivo Gran Hermano de Italia, Daniela Martani, abandonó finalmente el programa después de que la aerolínea la advirtiese de que sería despedida si no se presentaba a trabajar.
Los problemas para Daniela Martani comenzaron hace una semana cuando la compañía aérea le abrió un expediente por no haberse presentado en el aeropuerto Fiumicino de Roma para un vuelo entre la capital italiana y Tokio.
Martani, que se ha ganado el sobrenombre de Pasionaria porque su rostro apareció en los medios durante las protestas de los trabajadores durante el periodo de la venta de Alitalia, había solicitado antes de entrar en el Grande Fratello su derecho a la excedencia.
No me han dado la posibilidad de ejercer mi derecho a la excedencia. He sufrido un chantaje por parte de la CAI (los nuevos dueños de Alitalia) por las críticas que hice a la empresa. Me quieren castigar por esto, dijo llorando anoche Martani antes de abandonar la casa, donde se desarrolla el concurso.
El presidente de Alitalia, Roberto Colaninno, había comentado ayer que el caso de la azafata sería tratado de manera severa e intransigente.
Alitalia, tras atravesar grandes problemas económicos que la llevaron al borde de la quiebra, fue comprada hace unos meses por un consorcio de empresarios italianos.
Tras esta operación, 3.250 trabajadores han tenido que acogerse a un cese de su empleo durante los próximos siete años y no se han renovado cerca de 2.000 contratos temporales.
Los sindicatos recordaron que el nuevo contrato realizado por los nuevos propietarios de Alitalia, vista la situación de estos 3.250 empleados, no permite que nadie tenga expectativas.
Martani, que se ha ganado el sobrenombre de Pasionaria porque su rostro apareció en los medios durante las protestas de los trabajadores durante el periodo de la venta de Alitalia, había solicitado antes de entrar en el Grande Fratello su derecho a la excedencia.
No me han dado la posibilidad de ejercer mi derecho a la excedencia. He sufrido un chantaje por parte de la CAI (los nuevos dueños de Alitalia) por las críticas que hice a la empresa. Me quieren castigar por esto, dijo llorando anoche Martani antes de abandonar la casa, donde se desarrolla el concurso.
El presidente de Alitalia, Roberto Colaninno, había comentado ayer que el caso de la azafata sería tratado de manera severa e intransigente.
Alitalia, tras atravesar grandes problemas económicos que la llevaron al borde de la quiebra, fue comprada hace unos meses por un consorcio de empresarios italianos.
Tras esta operación, 3.250 trabajadores han tenido que acogerse a un cese de su empleo durante los próximos siete años y no se han renovado cerca de 2.000 contratos temporales.
Los sindicatos recordaron que el nuevo contrato realizado por los nuevos propietarios de Alitalia, vista la situación de estos 3.250 empleados, no permite que nadie tenga expectativas.
