Degusta el menú de la luna de miel de Rainiero de Mónaco y Grace Kelly

El hotel recupera el plato para conmemorar el romántico viaje que hicieron los monarcas
El hotel que sirvió de refugio a Rainiero y Grace de Mónaco en su viaje de novios en 1956 recupera el menú que disfrutaron para compartirlo este verano con sus huéspedes y conmemorar así el romántico viaje que hicieron los monarcas.

El hotel Barceló Formentor rescata de su archivo el menú que se sirvió a Rainiero y Grace de Mónaco en abril de 1956, cuando los Príncipes se alojaron en este establecimiento tras su boda.

Andreu Genestra, chef del restaurante El Pí, del hotel, recupera los platos que degustaron los príncipes, utilizando ingredientes locales de la zona, en una mezcla perfecta entre tradición y modernidad.

Con la reedición del menú que tomaron a su llegada, el hotel, testigo directo de aquel cuento de hadas, rinde su particular homenaje a una pareja que marcó la isla, el hotel, y a todos los mallorquines que coincidieron con ellos durante su estancia.

La pareja de recién casados se alojó hace 55 años en la suite 322, nombrada la 'Grace Kelly suite' en honor a la princesa.

El menú 'Príncipes de Mónaco' tiene como entrante, consommé Renaissance; de primer plato, langosta mediterránea fría pochada con salsa de marisco y crema Chantilly; ave de Bresse a la Estrasburguesa con setas laminadas, de segundo plato; y como postre Biscuit Glacé Amandine y ensalada fría de frutas de la isla.

COCINA SENCILLA

Un menú en el que impera la calidad de la materia prima, sin atisbos de cocina complicada, en sintonía con el de las Cenas de Gala en el Barceló Formentor en aquella época: lujo clásico sin artificios.

Es necesario especificar que fue en la primera estancia de los monarcas, pues su luna de miel no fue la única visita a este establecimiento (de hecho, para Rainiero tampoco era la primera): el Barceló Formentor fue un lugar muy querido por la familia real monegasca, que lo visitó en diversas ocasiones.

El príncipe Pedro, padre de Rainiero, fue un entusiasta del paisaje de este reducto de intimidad en plena naturaleza y Grace Kelly y Rainiero sentían una especial predilección por el Barceló Formentor. Regresaron en 1960 y 1961 con Onassis y María Callas, siempre por mar a bordo de los lujosos yates del armador griego; y en 1964 volvieron con sus hijos Carolina y Alberto.

La predilección era recíproca, pues Grace Kelly dejó su impronta en Mallorca. Un empresario local, dueño de una fábrica de galletas, llamó 'Quely' a sus galletas después de conocer a la bella princesa. Estas galletas se siguen produciendo hoy y son las más vendidas de la isla.

No es la única anécdota que dejaron sus visitas: durante su luna de miel, los fotógrafos tenían en una instantánea de los recién casados su pieza más codiciada. Los empleados, siempre atentos de velar por la intimidad de los huéspedes, interceptaron el paso a la prensa.

Cuentan que los corresponsales de Paris Match sobornaron a la Guardia Civil para que disparara unos cartuchos con la intención de llamar la atención de la pareja una vez fuera del hotel y poder tomar así buenas fotografías.

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