Barry Carpenter, policía de Ohio, ha sido acusado de robar documentos sobre las gemelas de Sarah Jessica Parker a la mujer que hizo de 'madre de alquiler'. Carpenter habría entrado en la casa de la mujer para conseguir el material, que después intentó vender a diversos fotógrafos, uno de los cuales le delató.
Sarah Jessica Parker y su pareja, Matthew Broderick, tenían ya un hijo en común (James) cuando decidieron aumentar la familia. Así, contrataron a una madre de alquiler para la gestación de sus gemelas, Marion y Tabith, que nacieron el pasado junio.
Ante el interés que suscitó este asunto, la pareja ha estado a punto de ver cómo los datos de la gestación de las niñas eran vendidos al mejor postor. Barry Carpenter, jefe de policía de Martin's Ferry, la localidad de Ohio donde reside la familia, consiguió documentos privados sobre el proceso, que ofreció a diversos fotógrafos a cambio de dinero.
Para ello, Carpenter supuestamente entró en la casa de Michelle Ross, la madre de alquiler, aprovechando que la puerta estaba abierta; y sustrajo fotos, documentos legales e imágenes de ultrasonidos, un botín por el que esperaba conseguir una buena cantidad económica.
Claro que su versión de los hechos es muy diferente, pues según el policía él entró en la casa para asegurar que nada raro ocurría al percatarse de que la puerta estaba entreabierta. 'Ya lo he dicho, yo no robo casas', se ha defendido Carpenter.
En cuanto a las acusaciones de intentar vender el material a la prensa, él sostiene que simplemente estaba bromeando: 'No quiero tirar por la borda una carrera policial de 17 años por algo que era una broma'.
Sin embargo, el juez no ha querido o no ha sabido captar el humor de Carpenter y le ha encontrado culpable de tenencia de bienes robados, hurto en el lugar de trabajo y manipulación de pruebas. Por ello, el acusado se enfrenta a una pena de hasta diez años de prisión y deberá permanecer en arresto domiciliario en casa de su madre hasta el 10 de diciembre, día en que se fije la sentencia.
Ante el interés que suscitó este asunto, la pareja ha estado a punto de ver cómo los datos de la gestación de las niñas eran vendidos al mejor postor. Barry Carpenter, jefe de policía de Martin's Ferry, la localidad de Ohio donde reside la familia, consiguió documentos privados sobre el proceso, que ofreció a diversos fotógrafos a cambio de dinero.
Para ello, Carpenter supuestamente entró en la casa de Michelle Ross, la madre de alquiler, aprovechando que la puerta estaba abierta; y sustrajo fotos, documentos legales e imágenes de ultrasonidos, un botín por el que esperaba conseguir una buena cantidad económica.
Claro que su versión de los hechos es muy diferente, pues según el policía él entró en la casa para asegurar que nada raro ocurría al percatarse de que la puerta estaba entreabierta. 'Ya lo he dicho, yo no robo casas', se ha defendido Carpenter.
En cuanto a las acusaciones de intentar vender el material a la prensa, él sostiene que simplemente estaba bromeando: 'No quiero tirar por la borda una carrera policial de 17 años por algo que era una broma'.
Sin embargo, el juez no ha querido o no ha sabido captar el humor de Carpenter y le ha encontrado culpable de tenencia de bienes robados, hurto en el lugar de trabajo y manipulación de pruebas. Por ello, el acusado se enfrenta a una pena de hasta diez años de prisión y deberá permanecer en arresto domiciliario en casa de su madre hasta el 10 de diciembre, día en que se fije la sentencia.
