LA REVISTA

2015 ya está aquí y los coches aún no vuelan

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photo_camera Fotograma de Blade Runner.

En los felices años 80 proliferaron películas que trataban de imaginar el futuro a corto plazo, en algunos casos de forma amable y en otros, los más, apocalíptico

En los felices años 80 proliferaron películas que trataban de imaginar el futuro a corto plazo, en algunos casos de forma amable y en otros, los más, apocalíptico. 'Regreso al futuro 2' llevaba a su protagonista a este año... pero ni los coches ni los patinetes vuelan.

Michael J. Fox, que llegó a protagonizar tres exitosos films, volaba en el tiempo desde 1985 hasta octubre de 2015 para descubrir que los coches ya no iban por autopistas, sino por el aire. Exactamente igual que en la más negra “Blade Runner”, ambientada algo después, en el ya cercano 2019. En cambio en “Regreso al futuro 2” el mundo y la vida eran en lo esencial igual que en los ochenta, salvo por algunos detalles. ¿Acertó en su visión a 30 años vista el director Robert Zemeckis? No mucho: para empezar, en el 2015 irreal no hay internet –casi imposible de imaginar- pero tampoco la telefonía móvil. En cambio, supuso que todos los humanos del 2015 hablarían por videoteléfono, un avance previsible pero poco utilizado más allá de la comunicación por ordenador y cámara. Imaginó además los famosos patinetes voladores, y pinchó con el fax, un producto prácticamente en desuso. En cuanto a la ropa, las deportivas y la ropa robótica son prendas reales pero en absoluto como las imaginó el director de la película. En definitiva, el 2015 al que llegó McFly no se parece mucho al que ya vivimos.

Y cabe suponer que en 2019 tampoco habrá nada de lo descrito en “Blade Runner”. Ni de lejos. Ni androides replicantes, ni un mundo tan contaminado que siempre es noche, ni Los Ángeles convertido en un segundo Shangay. Y por supuesto, sin automóviles voladores ni edificios piramidales de 200 plantas. Todo lo más, los rascacielos en marcha en Asia, que llegan a 180 pisos, pero en la forma habitual de aguja. En cuanto a la invasión china, sólo resulta visible en productos y tiendas, además de la creciente masa de turistas del país más poblado del mundo: en 2014, según las estadísticas de China, más de 100 millones de sus habitantes se fueron de vacaciones fuera, aunque en el 90 por ciento de los casos a los países más cercanos, como Corea del Sur o Formosa, entre otros. A Europa apenas llegaron cinco millones, de los que alrededor de 800.000 quisieron conocer España. Otro dato “Blade runner”: la colonia china en Madrid supera los 50.000 individuos –un 8 por ciento de todos los residentes en la Comunidad madrileña- y en toda España se estima que son unos 200.000, frente al cerca de millón de rumanos. Un número importante, pero no masivo.

Tampoco dio en el clavo “Terminator” con el despertar de la inteligencia artificial: por fortuna las máquinas están muy lejos de haber llegado a tener conciencia de sí mismas, aunque se podría hacer un paralelismo entre la red militar Skynet y la civil de internet.

Sí acertaron los visionarios del futuro con el regreso a lo grande del cine en tres dimensiones, que parece ser la única forma de salvar el negocio, y que se ha convertido en la forma más habitual de proyección de productos de acción. No hay más que echar un vistazo a la cartelera para comprobarlo.

En definitiva, más errores que aciertos, pero en todo caso un porcentaje mucho más alto en las alegres aventuras de McFly y compañía que en la siniestra “Terminator”, que colocaba en 1997 en Día del Juicio con el inquietante despertar de las máquinas y un superordenador que aprende y toma decisiones por su cuenta…

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