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Agnès Varda, cine pleno de verdad

Agnès Varda.
photo_camera Agnès Varda.

La directora francesa fue una de las pioneras de la Nouvelle Vague

Considerada la figura clave en el desarrollo de lo que, posteriormente, se conoció como la Nouvelle vague, Agnès Varda ha muerto a los 90 años. Con ella se va uno de los emblemas de la renovación del cine francés, mentora y referente de cineastas como François Truffaut, Alain Resnais o Jean-Luc Godard, como también uno de los símbolos culturales del feminismo.

Tal reconocimiento fue ganado a pulso. Mientras estudiaba Historia del Arte y Fotografía en la Escuela de Bellas Artes de París, en 1951, fue cuando empezó a cambiar su gusto por la fotografía por otra pasión llamada cine. El estreno de su primer largometraje, “La Pointe Courte”, en 1995, fue un momento muy relevante, ya que el filme es considerado piedra angular de la Nouvelle vague.

Desde entonces, Varda se convirtió en una de las figuras esenciales del cine francés.

Su segundo largometraje,  “Cléo de 5 a 7”, es también un precedente de la afamada Nouvelle vague y una de las cintas de referencia del cine europeo.  A la altura de títulos como “Los 400 golpes” (1959) de Truffaut o “Al final de la escapada” (1960) de Godard, la cineasta habla sobre el amor y la muerte. Candidata a la Palma de Oro en el Festival de Cannes, narra la profunda angustia de una joven cantante que teme morir por un cáncer, mientras espera los resultados de su análisis, le revela sus miedos a un joven soldado que tiene que partir a Argelia.

Pese a a la incuestionable calidad y personalidad de todas sus películas no siempre logró el reconocimiento de los festivales. Tuvo que esperar hasta 1985 para que el festival de Venecia la galardonara por “Sin techo ni ley”, otra de sus grandes películas. Una cinta dolorida y dura, toda una reflexión sobre la represión social femenina.

Con “Los espigadores’ y la espigadora” (2000) (una de las mejores películas del siglo XXI según la BBC), Agnès Varda volvió a demostrar ser una de las cineastas más importantes del cine europeo actual. A pesar de la edad, sus dos últimos trabajos son inolvidables: “Las playas de Agnes” (2008) y  “Caras y lugares” (2017) en donde ella misma se convierte en protagonista.

Era la penúltima de las supervivientes de aquellas personas que inventaron el cine moderno y que, a diferencia de Jean-Luc Godard, su cine nunca oscureció y con los años se convirtió en algo más puro, lleno de vida y de verdad.

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