MENÚ DEL DÍA

O Agro

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photo_camera El comedor con mesas para compartir no paró de trabajar.

O Agro es una taberna, una casa de comidas, un local social en el que se reunen los vecinos para muchas cosas. Su ambiente es rústico y al mismo tiempo acogedor

Pocas comidas resultan tan satisfactorias como la que se desarrolla después de un día de feria. Al menos para quienes van allí con un propósito comercial: vender o comprar. Yo, en realidad, iba a ver. Bueno, miento. Iba a comer. Porque en la feria quincenal de A Peroxa, (14 y 27 de cada mes) además del pulpo que ponen las pulpeiras (y pulpeiros, que ahora también hay hombres en el negocio) de O Carballiño, hay una carne ó caldeiro cuya merecida fama está llamada a traspasar las fronteras de los Pirineos, pues las portillas de  A Canda y el Padornelo ya hace tiempo que las cruzó.

Con ese propósito fui a O Agro, donde disponen de menú del día por 8 euros con primero, segundo, postre y bebida, menú del que no hice uso porque, elegí el menú propio de un día de feria, en versión algo aumentada. 

O Agro es una taberna, una casa de comidas, un local social en el que se reunen los vecinos para muchas cosas. Su ambiente es rústico y al mismo tiempo acogedor y a la hora de comer en un día feriado hay que ir muy temprano para coger sitio o llegar pasadas las dos y media, cuando quienes comen a la hora decente que corresponde con nuestro meridiano (entre una y dos) ya han terminado.

De primero tomé un pulpo á feira que estaba cocido y aderezado con el virtuosismo que es propio de las pulpeiras de Arcos. El segundo fue una prodigiosa carne ó caldeiro, tierna, jugosa, moderadamente aderezada con el pimentón y el aceite, acompañada con unas patatas cocidas. Una maravilla. Solo por esta carne ó caldeiro  merece la pena ir A Peroxa en un día de feria. Y echando un vistazo al comedor me di cuenta de que había mucha gente forastera que había llegado allí pensando lo mismo que yo. Como colofón, antes del postre, probé la carne richada que es otra de las especialidades de la casa. Y la verdad, la mejor que comí hasta hoy. Con postre, café y un vino tinto de una bodega local, la cosa sale por 15 euros. En resumen, abundante y calidad extraordinaria, eso sí en un ambiente rústico .

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