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Albariño con el sabor del valle del Salnés

Viñedo
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Fresco, fácil de beber y con una gran expresividad que se percibe en nariz y luego se ratifica en boca, “Pazo Torrado” no esconde su origen y su tierra, muy al contrario, los muestra con orgullo.

Hay quienes buscan mercado y quienes prefieren tener identidad. Entre los primeros, encontramos, hablando de vinos, aromas que se ponen de moda, como el mango, la maracuyá, el plátano... algunos son aromas y sabores que proceden más de las levaduras empleadas en la vinificación que de la propia uva. ¿Dónde están entonces los rasgos que distinguen una variedad de otra, los matices que aporta un suelo, un clima, el mar desde la cercanía?

Por suerte existen, como decíamos, bodegas que prefieren que la identidad prevalezca, porque, en definitiva es la que hace que un vino sea único. En Terra de Asorei se preocuparon especialmente de ello en todos sus vinos, buscando siempre ese plus de calidad que aporta un trabajo bien hecho en el viñedo y en la bodega. Pero entre ellos, destaca este monovarietal de Albariño, “Pazo Torrado”, que quizá por buscar las raíces, recuerda el gusto tradicional de los vinos del Salnés. Unos vinos muy condicionados por las características del suelo pero también por el perfil climático de una comarca templada, bien amparada frente a heladas, y muy influida por la presencia de la ría de Arousa a un golpe de viento. Son los rasgos que hoy se considerarían esenciales para un vino “Atlántico”, en tiempos en los que el mar no solo da identidad a una dieta y una gastronomía, sino también al vino que se cultiva a su vera.

Fresco, fácil de beber y con una gran expresividad que se percibe en nariz y luego se ratifica en boca, “Pazo Torrado” no esconde su origen y su tierra, muy al contrario, los muestra con orgullo.

Terra de Asorei, con 60 hectáreas de viñedo en distintos puntos del Salnés pone de manifiesto que trabajar con una única variedad no significa uniformidad. Desde la edad de las cepas, entre diez y ochenta años, la localización, el soleamiento, el tipo de suelo, la altitud sobre el mar, incluso dentro de una misma parcela, un emparrado frente a otro, aportan características específicas y permiten que con cuatro vinos monovarietales en su catálogo, cada uno tenga su propio sello. Como una melodía puede ser diferente a otra, pese a utilizar las mismas notas, simplemente, cambiando el ritmo.

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