Casal de Armán es, tal vez, una de las bodegas más completas, no solo del Ribeiro, sino también de Galicia
El tostado no es el único vino naturalmente dulce que se elabora en Galicia. Con diferente técnica y uvas, la bodega Casal de Armán, tiene en su catálogo este “Armán doce”. Si se comercializase en Argentina, habría que decir que está elaborado con la variedad Torrontés, un nombre muy autóctono del Ribeiro, pero que al otro lado del Atlántico define no la uva que así nombramos a esta orilla del océano, sino la Moscatel de grano menudo, procedente de cepas viejas plantadas sobre arenas graníticas y esquistos.
Las uvas son prensadas a veinte grados bajo cero, es decir, congeladas, a lo que le sigue una fermentación muy lenta que se detiene por concentración de azúcares. A diferencia del Tostado, en el que se realiza una pasificación previa, mediante el secado de los racimos, la congelación sustituye el proceso, utilizando para ello uvas en su punto óptimo de maduración.
Casal de Armán es, tal vez, una de las bodegas más completas, no solo del Ribeiro, sino también de Galicia. Cuenta con un amplio catálogo de vinos, blancos y tintos, unos jóvenes, otros con crianza, pese a ser una bodega de tamaño contenido, con una producción media que no pasa de los 150.000 litros. O más bien, precisamente por eso. Al no trabajar con grandes tiradas, les permite realizar elaboraciones experimentales que luego dan lugar a vinos muy logrados y que representan con gran fidelidad las características de la tierra, incluso de la finca, en la que son cultivados sus viñedos.
Además del amplio repertorio de vinos que pone de manifiesto la gran riqueza enológica de ese rincón del Ribeiro que está en el último tramo del Avia, Casal de Armán ha convertido la bodega famiiar en un proyecto de más enjundia que incluye un pequeño hotel rural, un centro de convenciones y un restaurante de altísima calidad. Son los cuatro pilares sobre los que se sostiene un complejo orientado a la enología, el turísmo enológico y la enogastronomía que sirve de punto de encuentro para los enólogos gallegos que cada año celebran en él sus jornadas técnicas.
Arman doce es una auténtica joya, una rareza en nuestra tierra, que merece la pena probar.
