El cambio climático nos está empezando a pasar factura, también en la pescadería. La temperatura del mar está cambiando algunos ciclos que se notan a la hora de comprar el pescado. Por ejemplo. El jurel, siendo un pescado azul, hace ya unos cuantos años que no hay que esperar a la primavera para disfrutar de su mejor momento. La caballa, cuya campaña empezó hace poco, también se encuentra en comida. La sardina y xouba, solo si vienen del Mediterráneo. Las de nuestra costa o de la portuguesa tendrán que esperar al verano. La subida de la temperatura del mar afecta a otras especies, algunas de ellas, como el bogavante o el percebe, muy sensibles a los más leves cambios. Cada vez hay más bogavante en Escocia y menos en Galicia. Por suerte, de vez en cuando nos llega una ola de frío polar, que pone la temperatura del mar en su sitio.
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