ENTREVISTA

Carlos Núñez Deza: música y trenes

Carlos Núñez Deza
photo_camera Carlos Núñez Deza (MIGUEL ÁNGEL).

Profesor y concertista de flauta, descubrió en la estación de Ourense la belleza de otro instrumento de viento: el silbato de las locomotoras.

Heredero de una tradición musical que arranca en su bisabuelo, Carlos Nuñez Deza (Ourense, 1970), se formó como músico en Ourense y San Sebastián. Matricula de honor y premio extraordinario de fin de carrera, fue el director de conservatorio más joven de España, en Ourense. Fundó y dirige la editorial musical Armonía Universal, forma parte del quinteto de viento Aureum ensemble, es profesor de flauta del conservatorio de Ourense y registra los sonidos de las locomotoras que circulan y circularon por las vías españolas.

1. ¿Qué le llevó por los caminos de la música?

Yo empecé a estudiar música por mi padre. Él tenía una flauta y otros instrumentos en casa y de vez en cuando los tocaba, le gustaba mucho la música. Mi bisabuelo ya era músico. Él era el director de la banda de A Mezquita, desde la que se promovieron la mayoría de las bandas de Ourense porque en ella se formaron los que luego serían directores de las otras bandas de la provincia. Mi bisabuelo, Bernardino Núñez, a los 18 años se fue para Brasil a dirigir una orquesta y allí murió prematuramente, lo mataron. Con esos antecedentes, yo empecé a tocar la flauta, siendo niño. Empecé a tocar la flauta y la gaita.

2. Al final se quedó con la flautaCarlos Núñez Deza

Sí. Ambas me gustaban mucho, pero la flauta era el instrumento que daba los matices que a mí me interesaban más, porque me gustaba más la música clásica. Empecé a estudiar aquí en Ourense y luego fui a terminar mis estudios al conservatorio superior de San Sebastián en 1986. En 1988 acabé los estudios con uno de los grandes flautistas. Teodoro Martínez de Lecea Mendizábal, un flautista extraordinario. Yo puse trabajo e ilusión, pero creo que gran parte de lo que soy se lo debo al ambiente en el que fui formado porque recibí los estímulos que me animaron a seguir.

3. Tras la formación ¿qué vino?

La formación no acaba cuando terminas la carrera. A partir de ahí hice muchos cursos, estudié con los mejores flautistas del momento, y en paralelo comencé a tocar y a dar clases en el conservatorio de Ourense. 

4. ¿En qué año comenzó en el conservatorio?

Estamos hablando del curso 1999/2000. Poco tiempo después fui director del conservatorio. Supuso para mí dejar por un tiempo mi actividad musical, pero sentí la necesidad de hacerlo. Cuando llegué aquí soñaba con que en Ourense pudiese llegar a haber lo que yo había visto cuando me formaba en San Sebastián y cuando estudié en otros centros por Europa adelante. Entonces sentí la necesidad de revolucionar el conservatorio ourensano. Tuve la suerte de que me encontré con un grupo de profesores jóvenes que tenían el mismo pensamiento que yo. Dedicamos mucho esfuerzo en luchar por lo que soñábamos y parte de esos sueños los conseguimos. Conseguimos que el conservatorio fuese público, pasamos de un claustro de 11 profesores a 54, lo dotamos de un edificio nuevo, de instrumentos y un presupuesto estable

5. ¿Es importante ser profesor para un músico?

Es muy importante porque gracias a ello sigues aprendiendo. Enseñas a tus alumnos y muchas veces ellos te enseñan a ti cosas que tú no ves. Tuve que aprender de cero muchas cosas que luego pueden aplicarse a la música como intérprete, y según vas avanzando, como investigador, como editor o como lo que sea.

6. ¿Cómo es su faceta de intérprete?

Comenzó siguiendo un orden cronológico inverso. Primero con la música impresionista, la romántica y fui un flautista muy moderno, tocaba con orquesta, tanto como miembro de la misma como en calidad de solista. Comencé a tocar con la que actualmente es mi mujer, Cristina, que es pianista. Formamos un dúo de flauta y piano. Además del dúo, hice muchos conciertos de música de cámara con pequeñas agrupaciones. Comencé a interesarme por la música más antigua, de los siglos XIX, XVIII y XVII. Sobre todo la barroca pero interpretándola con instrumentos de la época y con enfoques auténticos.

7. También es editor.

Quería publicar algunas cosas mías y no encontraba quien me las editase. Así que comencé para sacar adelante mis obras y después para otros trabajos. Entre los más interesantes yo destacaría la recuperación de toda la música medieval de Galicia. Llevamos publicados ya ocho volúmenes. Se trata de trabajos realizados por el investigador ourensano Manuel Rey que ha recuperado pergaminos que estaban forrando otros libros, como los libros parroquiales y protocolos notariales. 

Carlos Núñez Deza8. ¿Igual que con el pergamino Vindel de Martín Codax?

Sí. Las piezas estaban escritas en notación aquitana que, a partir de un tiempo se abandonó y sus escritos dejaron de tener interés para sus contemporáneos. Valía más el pergamino en el que estaban escritas que el códice y se fueron arrancando los pergaminos para darle ese uso. Uno de los mayores esfuerzos fue convencer a los archiveros para que desencuadernasen los libros. Lo hicimos en la catedral, en el archivo histórico provincial, en el archivo diocesano de Ourense, Catedral de Santiago, Tui… Fue como montar un complejísimo puzzle durante cinco años. También hemos publicado cinco volúmenes con la música de los maestros de capilla de la catedral de Ourense y queremos extenderlo al resto de las catedrales.

9. Hay una faceta suya que me intriga, la del registro de los sonidos de las locomotoras, ¿cómo surgió?

En la estación de Ourense. Me gustaba ir con mi padre a ver los trenes. Podía estar en la conversación más interesante que cuando oía pasar una locomotora, ese era el sonido que me llamaba la atención. También tuve una colección de trenes de Ibertrén, pero luego fue una afición que tuve que abandonar. Cuando mi hijo tuvo esa misma edad y me dijo “papá, me gustan los trenes”, le regalamos dos locomotoras, una Talgo 354 y una eléctrica 269, que eran las mismas que yo veía maniobrar en Ourense cuando niño en el talgo diurno que iba a Madrid. Tiempo después me llamaron de Doehler & Haass, que es uno de los grandes fabricantes de decoders para locomotoras a escala proponiéndome grabar el sonido de una locomotora, la 1902, que es esta que traigo y que grabé en Zaragoza. Y cuando estaba enviándole el primer sonido, ya me estaban encargando más y así empecé una lista que ya es muy numerosa y empecé a trabajar también para otros fabricantes.

10. ¿Es complejo ese trabajo?

Hay que registrar todos los sonidos, el motor, el escape, desde fuera, en la cabina... mi experiencia como ingeniero de sonido me sirvió de mucho. Pero la voz de una locomotora, su alma es la bocina.

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