LA REVISTA

No te compadezcas de mí, intenta imitarme, si puedes

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photo_camera Fitness adaptado para todas las necesidades.

Se trata de clientes especiales, pero son un deportista más en el centro deportivo

Cada persona tenemos y sentimos nuestros problemas, pero la mayor parte de ellos son nimiedades comparados a quienes sufren pérdidas vitales, enfermedades graves o sucesos que convirtieron desde entonces su vida en una prueba de lucha continua.

Quien pierde alguna parte de su cuerpo, quien se ve condenado a una silla de ruedas o a una cama, quien ve alterada la anatomía que entendemos por normal, afronta un durísimo proceso de asimilación que no todos superan, pues el hundimiento es tan humano como la capacidad de superación.
 
Los tiempos están cambiando

Si hace unas décadas una persona en silla de ruedas, una persona con alguna amputación, una persona con síndrome de Down era incluso un motivo de vergüenza para su familia, motivo de burlas por parte de algunos desalmados y motivo de compadecimiento para los bienintencionados, ahora las cosas -por fortuna- son bien diferentes para todos.  

Porque los avances en la medicina, la tecnología y en la mentalidad de la sociedad permiten a estas personas realizar multitud de tareas, antes vetadas por todo tipo de prejuicios, con o sin fundamento.

Entre ellas, la práctica de ejercicio físico. Siempre personalizado y dirigido por un profesional, como nos gusta escribir. Con más razón en estos casos, en los que el entrenador debe evaluar las situación del cliente y programar -a ser posible en colaboración con médico y rehabilitador- los objetivos y el trabajo. Tengan en cuenta que, sólo en el amplio campo de lesionados medulares, las posibilidades varian mucho de estar el daño en una u otra vértebra.

Especiales, pero uno más

Estos clientes son especiales, pero deben ser uno más en el centro deportivo. No tienen que estar apartados del usuario común y restringidos en una sala aparte. Muy al contrario, deben integrarse y relacionarse con el resto. Es una aspecto clave de su entrenamiento, con magníficos beneficios psicológicos.

 Sí, lo ideal sería disponer de un local adaptado, pero si no es así, entre todos se pueden poner los medios y la voluntad para superar los obstáculos. Yes, we can! No hay barreras cuando nuestra mente quiere.

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