TECNOLOGÍA

Concienciación y adaptación ante la responsabilidad digital

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photo_camera La imagen de un smarphone.

El uso  responsable de la tecnología es una de las principales preocupaciones cara al futuro tanto por parte de los propios usuarios como de las instituciones públicas y privadas

El uso  responsable de la tecnología es una de las principales preocupaciones cara al futuro tanto por parte de los propios usuarios como de las instituciones públicas y privadas.
El tiempo y el uso de herramientas como las redes sociales se incrementa año tras año gracias a los mejores servicios online y a la masificación de dispositivos y plataformas digitales, en especial las móviles, lo que convierte la accesibilidad a diferentes contenidos en algo inmediato, y la disponibilidad de los usuarios e interlocutores en prácticamente permanente.

Esto supone un cambio en las conductas y hábitos de vida, que llegan a alterar, en el peor de los casos y haciendo un mal uso de estas herramientas, los ciclos de sueño, el rendimiento laboral e incluso deteriorando relaciones personales y sociales.

Los dispositivos móviles jugarán un papel fundamental en el cambio de hábitos, algo que ya está presente sobre todo en los usuarios más jóvenes. La proliferación de estos dispositivos está creciendo exponencialmente. Tal es así que en 2020 el número de personas que tendrá por lo menos uno de ellos será mayor que el que contará con electricidad, agua potable y automóviles, según las últimas previsiones de la compañía tecnológica Cisco.

La cifra es superior a las proyecciones internacionales sobre el acceso a algunos servicios públicos, como la electricidad (5.300 millones) y el agua potable (3.500 millones), o de otros bienes de consumo como los automóviles (2.800 millones), según la compañía.

Adaptarse correctamente al cambio digital y a la manera de trabajar y comunicarse con los demás supone un desafío social, económico y empresarial para los próximos años.
Ante esta perspectiva es necesario tener  cuenta la denominada "brecha digital" provocada por la capacidad económica y el acceso a las nuevas tecnologías, que no sólo discriminará a zonas y países con menos infraestructuras tecnológicas, sino también a los usuarios con menos recursos económicos que no puedan pagar servicios online, nuevos dispositivos o teléfonos inteligentes.

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