¿Estás corriendo? Pasa un reconocimiento médico

Para aquellos que nunca lo han hecho, seguramente les resulte familiar debido al mundo del fútbol, donde es característico ver como los jugadores que van a ser fichados por un determinado equipo, se someten previamente a un reconocimiento médico con el objetivo de descartar posibles patologías. Ahora que muchos han decidido empezar a realizar ejercicio físico, ¿te has planteado llevar a cabo un reconocimiento médico deportivo? Esto es algo que muchas veces pasamos por alto, bien por desconocimiento o por que no le otorgamos la suficiente importancia. Muchas veces, creemos estar en perfecto estado de salud pese a no practicar ejercicio físico o no hacerlo desde hace años, ya que no presentamos síntomas identificables. Dicho esto, debemos ser conscientes de que siempre existe la posibilidad de que padezcamos algún tipo de alteración a nivel cardíaco o pulmonar que en nuestra rutina habitual no supone ningún problema, pero que mediante la práctica de ejercicio físico puede manifestarse. La mayor parte de las muertes súbitas se produce en deportistas aficionados, los cuales desconocen que padecen una cardiopatía y se someten a ejercicio físico intenso sin ningún control. En individuos menores de 35 años, normalmente los problemas a nivel cardíaco tienen un componente genético que evoluciona a lo largo de los años. A partir de los 35 años, la causa más frecuente es la cardiopatía isquémica1. Por lo tanto, llevar a cabo un reconocimiento médico, nos permitirá detectar o descartar posibles cardiopatías y poder ejercitarnos de forma segura. Este reconocimiento,incluye los siguientes elementos: una historia clínica, exploración física, ECG reposo, ECG de esfuerzo (prueba de esfuerzo), medición de la tensión arterial (en reposo, durante y post ejercicio), una analítica sanguínea, y otras pruebas diagnósticas (Holter, Ecocardiograma, test genéticos). Esta valoración deberá ser llevada a cabo por un médico especialista. Realizando una prueba de esfuerzo Mediante esta prueba (o ergometría), se analizará la respuesta del organismo al ejercicio físico, observando el funcionamiento de los diferentes sistemas implicados (cardiovascular, respiratorio, endocrino...). Para la realización de este test, pueden emplearse diferentes protocolos, recurriendo a la modificación de variables como la velocidad, la pendiente, las revoluciones por minuto o la potencia. Normalmente, se llevan a cabo sobre un tapiz rodante o un cicloergómetro. Ten en cuenta que ... Una prueba de esfuerzo, más allá de la detección de posibles anomalías, es útil de cara a extraer determinadas variables que nos darán información acerca de nuestro nivel de rendimiento y poder individualizar y programar las cargas de entrenamiento. Alguna de las variables que obtendremos, serán el consumo máximo de oxígeno, umbrales ventilatorios 1 y 22, frecuencia cardíaca máxima, entre otros. Por lo tanto, gracias a ella, estaremos en condiciones de realizar ejercicio físico y mejorar nuestro rendimiento de forma segura.