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Coti: "Cada vez que toco en Galicia siento que juego como local”

Coti, en concierto.
photo_camera Coti, en concierto.

 Con 300.000 discos vendidos, Coti seguía sin permiso de trabajo en España: “El sacrificio de esos años rindió sus frutos”

Malditas canciones, 10 años” se llama la gira con la que Coti Sorokin llega  al Auditorio de Ourense mañana (20,00 horas), para  actuar “de local”, según los propios dichos del músico nacido en Argentina y radicado en España hace ya dos décadas.

“Ourense en particular,  pero Galicia entera fue uno de los primeros sitios que acogió mi música de una manera muy entrañable; siempre me he sentido local”, explicó el artista que, con motivo de la celebración del décimo aniversario de su disco, “Malditas canciones”, viene de actuar en Palencia, Toledo, Guadalajara y Madrid, antes de llegar a la ciudad de As Burgas”.

“Creo que uno de cada tres gallegos tiene un pariente en la Argentina; me estoy inventando la estadística pero debe ser más o menos así (risas). Eso ha hecho que a mí me recibieran una manera tan acogedora –confiesa-. Los gallegos saben lo que es emigrar, entienden lo que es empezar de cero con la morriña de tu país y entendieron que en mi música había un poco de todo eso”.

Sus comienzos fueron difíciles. Cuando ya había compuesto canciones para artistas de la fama de Enrique Iglesias, Paulina Rubio, Julieta Venegas o Diego Torres, optó por cantar su propio repertorio. Y cuando en 2001 fue fichado por Universal Music Spain para lanzar su álbum “Coti” (2002), ni siquiera tenía permiso de trabajo.

“Yo habiendo vendido doble disco de platino en España, que en ese momento eran 300 mil discos, todavía tenía que ingresar y mostrar el disco en lugar del pasaporte –advirtió-. En el aeropuerto me reconocían y me decían: ‘Hombre, Coti, ¿vienes de gira?’. La burocracia se contradice con el sentir de la gente. Aquí me habían adoptado como uno más. Y no sólo eso sino que estaba dando trabajo a mucha gente en España y yo todavía no tenía permiso de trabajo (risas). Pero así son las cosas en la vida de un artista”.

Tanto esfuerzo y dedicación tienen su recompensa. “Lo que siento es satisfacción, porque cuando uno está cuatro años ilegal cuesta el triple realizar las cosas mínimas necesarias para vivir, desde la seguridad social hasta el colegio de tus hijos –advierte-. Pero el sacrificio de aquellos años de desazón y de mucha frustración finalmente rindió sus frutos”. 

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