Entrevista 10

Cristina Murga, la gran dama del espumoso gallego

Cristina Murga, propietaria de la única bodega gallega que solo elabora vino espumoso. (Foto: Xesús Fariñas)
photo_camera Cristina Murga, propietaria de la única bodega gallega que solo elabora vino espumoso. (Foto: Xesús Fariñas)

La de la ruesa es la única bodega en Galicia que elabora exclusivamente los vinos espumosos

El mundo del espumoso, como el del cava y el champagne, no es fácil. Galicia inició su experimentación en Valdeorras a finales del XIX y Cristina Murga (A Rúa, 1968) la retomó esa denominación de origen en los primeros años de este siglo. La suya es la única bodega que elabora exclusivamente este tipo de vinos. Una apuesta arriesgada y valiente con la que confía alcanzar el mismo éxito que tienen ya blancos y tintos gallegos en el mundo. 

Ingeniera agrícola y enóloga, Murga apostó siempre por el “más difícil todavía”. Lleva, desde que comenzó este siglo, apostando por los espumosos elaborados con variedades autóctonas gallegas. Una apuesta a la que le ha lanzado el gran órdago. Crear la única bodega existente en Galicia que solamente elabora espumosos siguiendo el método tradicional “champanoise”. 

1. ¿CÓMO LLEGÓ AL MUNDO DEL VINO? 

En casa había viñedos. Es algo que viví desde niña, aunque más la viticultura que la bodega. Mis abuelos tenían viñedos, que heredamos mis hermanos y yo. Cuando terminé los estudios de bachillerato en A Rúa, que hice en el colegio Pablo VI, me fui a Lugo a estudiar ingeniería agrícola y escogí la rama alimentaria, con idea de dedicarme al mundo del vino, porque era algo que me apasionaba. De hecho, mi proyecto de fin de carrera lo hice en la Estación de Viticultura y Enología de Galicia, la EVEGA, que se encuentra en Leiro, sobre la maduración de las variedades autóctonas gallegas. Y en 1992 hice ya un máster en Madrid en la Escuela de La Vid. 

2. Y DESPUÉS, ¿CÓMO FUERON SUS PRIMERAS EXPERIENCIAS PROFESIONALES? 

Empecé trabajando en el registro vitícola que se estaba haciendo para la Unión Europea, en Valdeorras y colaborando con bodegas pequeñas, como una que había en Vilamartín de Valdeorras y empecé elaborando vinos tintos con Garnacha y los primeros godellos. Fue una experiencia muy bonita. Luego me fui al Bierzo, trabajando en el Consejo Regulador y después a la Ribeira Sacra. Ya en 1999 comencé a trabajar en bodegas Galiciano en Valdeorras, donde estuve hasta el 2008. Hacíamos vinos que fueron pioneros en muchos tipos de elaboraciones, como crianzas en depósito, en barricas… 

3. EN GALICIANO FUE DONDE NACIÓ SU PASIÓN POR EL ESPUMOSO, ¿CÓMO SURGIÓ? 

Así es. Con Danza, en 2003, de la mano de Joan Milá, que fue de quien aprendí todo. Para mí fue un maestro en todo lo que se ref iere al mundo del espumoso y del método champenoise. Es un mundo muy complicado, desde la misma preparación del pie de cuba. Él vio las grandísimas posibilidades que tenía la variedad Godello para la elaboración de un espumoso, por las características de Valdeorras, que son menos atlánticas que otras regiones vinícolas de Galicia. Él se dio cuenta que sería un espumoso más en la línea del champagne que del cava, por esas características. 

4. DANZA TUVO UN GRAN ÉXITO MIENTRAS EXISTIÓ. ¿QUÉ RECUERDA DE AQUELLLA EXPERIENCIA? 

Elaboramos Danza desde 2003 hasta 2008, cuando cerró el grupo Galiciano. Fue una experiencia maravillosa. Lo hacíamos todo a mano, incluyendo el degüelle. Y era complicado porque llegamos a elaborar 9.000 botellas. Un trabajo artesanal que luego se veía recompensado por una gran respuesta del público. Porque todas las botellas que salían se vendían. Y si más hubiéramos hecho, más se habrían vendido. Danza fue una gran iniciativa, en la que en cada añada íbamos mejorando en calidad y en finura de sus burbujas. 

5. Y SIGUIÓ CON LOS ESPUMOSOS, ¿POR QUÉ? 

Aquella experiencia y el aprendizaje con Joan Milá, guio luego mis pasos posteriores. En 2011 empecé a trabajar en una bodega de Valdeorras que se llama Roandi, y ahí lanzamos Brinde, el primer espumoso de Godello que ya entraría amparado bajo el sello de la denominación de origen Valdeorras. Porque creíamos que era importante, tener ese amparo. Luego ya creé con un socio Fragamoura, que fue la primera bodega que nació en Galicia dedicada exclusivamente a la elaboración de espumosos. Elaborábamos dos, Cris, que era un blanco, con Godello, Treixadura y Dona Blanca, que luego fue solo de Godello y Tina, que se hacía con Sousón. 

6. FRAGAMOURA FUE UN PROYECTO EFÍMERO. ¿QUÉ PASÓ? 

Éramos dos socios y teníamos dos maneras diferentes de concebir el negocio. Eso suele pasar y es la causa de muchas crisis, como la que nos llegó a nosotros. Mi idea era elaborar grandes espumosos, vinos con largas crianzas, porque estaba convencida de que ahí era donde iba a residir el gran éxito de nuestros vinos. Esa idea de ser más champagne y menos cava que decía Milá. Eso suponía largos plazos para el retorno de la inversión y esa fue la gran diferencia. Yo tenía un plan B, que era poner en marcha una bodega por mi cuenta en Sober, y en ello me empeñé a continuación, que es en lo que estoy actualmente. Tengo viñedo y cueva. La cueva es pequeña, pero tiene unas muy buenas características para la crianza y el viñedo hubo que reestructurarlo. 

7. RIBEIRA SACRA TODAVÍA NO CONTEMPLA LOS ESPUMOSOS EN SU REGLAMENTO. ¿ES UNA DIFICULTAD? 

Es un problema que los vinos vayan sin sello de denominación de origen, ciertamente. Pero a la vez tiene también una ventaja adicional. A mí me permite elaborar espumosos en los que apuesto, lógicamente por las variedades de Ribeira Sacra, pero también puedo hacerlos con uvas que proceden de fincas de otras zonas, como por ejemplo el Blanco lexítimo del Barbanza. 

8. ESE ESPUMOSO FUE UN GRAN DESCUBRIMIENTO. ALGO TOTALMENTE INUSUAL. 

El Blanco lexítimo es una gran variedad y a la vez una gran desconocida. Tiene unas cualidades en nariz muy sorprendentes, es un vino ligero, que gusta mucho a los jóvenes y ensamblado con Godello que es como hago este espumoso y con crianzas que superan los 24 meses tiene unas cualidades extraordinarias. Porque ensambla toda esa estructura, el equilibrio, la boca del Godello y esa frescura, ese punto de acidez, esos aromas que le confiere la variedad Blanco lexítimo. Es el compendio de la viticultura gallega, la parte más atlántica y la más continental. 

9. LOS ESPUMOSOS GALLEGOS SON MÁS CAROS QUE LOS CAVAS. ¿ES ESE UN INCONVENIENTE? 

En realidad, ese es un mito. Pensemos en vinos. Los gallegos son más caros porque el precio de la uva es mayor, la calidad, también y a la hora de evaluar calidad y precio están muy equilibrados. Los espumosos tienen un coste adicional de elaboración y prolongadas crianzas. No podemos compararlo en precio a un vino gasificado o a un cava barato. Tenemos que hacerlo con sus semejantes, que son vinos de larga crianza, reservas, y grandes cavas y champagnes. 

10. ¿Y SERÁ POSIBLE QUE ESTÉN A ESE NIVEL DE LOS GRANDES CHAMPAGNES? 

Es cuestión de tiempo. Lo hemos conseguido con nuestros vinos blancos, lo estamos haciendo con los tintos y lo conseguiremos con nuestros espumosos. 

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