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Cuando la violencia penetra en la piel

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The night ofcierra con un final demoledor camuflado de esperanza 

¡¡ALERTA SPOILER!!

The night of se estrenaba el 10 de julio bajo el amparo de la maquina de éxitos o HBO. Prometía ser la gran serie estival de la cadena y según la crítica lo ha conseguido. Esta miniserie de ocho capítulos, inspirada en la serie británica de la BBC Criminal Justice, fue escrita por dos grandes de Hollywood: Steve Zaillan, guionista de La Lista de Schindler y Richard Pride, creador de la exitósa The Wire. Además, este drama policial, fue la última obsesión de James Gandolfini  -el gran Tony Soprano- que iba a ser el productor y protagonista  pero, lamentablemente, murió un mes antes de tener carta blanca para llevar a cabo su proyecto.

Ya finalizada, esta ficción ha dado mucho de qué hablar, tanto por la impecable actuación de John Tuturro en un papel que iba a ser interpretado primero por Gandolfini y luego por Robert De Niro, como por el constante juego emocional al que nos somete episodio tras episodio. Pero ¿Que ocurre realmente con The Night Of?
El oscuro caso comenzaba con un joven estudiante, Nasir Kahn, que tras el viaje de su vida, despierta con la joven alocada y atractiva Andrea Hornish brutalmente asesinada.

Entonces es defendido por un abogado en decadencia, fácilmente confundible con un vagabundo, y se enfrenta a un sistema judial reflejo del miedo. Un sistema cruel, que todavía guarda el silencio que causó aquel 11 de septiembre y cuyos valores no existen frente a un musulmán. Ante sus circunstancias, Nasir pelea para defender su inocencia, mientras su abogado Jack Stone pelea más duramente contra un inmenso eczema. A medida que la trama avanza, sus guionistas nos someten a un juego brutal de extremos. Empezamos defendiendo la inocencia de Naz y sus ojos de cordero pero  terminamos la temporada con la duda de quién mató realmente a Andrea.

Nos han dado un final abierto y demoledor, pero la clave de esta maravillosa ficción es la violencia. La violencia generó un desastre como el 11S y esa violencia crea el rechazo a una raza y una religión, que se extiende a un sistema judicial que debe ser imparcial y condena a un joven a la plena oscuridad. Sí, al final Nasir vuelve a casa, es libre pero lleva consigo un estigma aún mayor que su condición religiosa, lleva la sangre de otro en sus manos y heroína en su sistema. Final abierto sí, pero cerrado, pequeño y oscuro para Naz. Una víctima más de la violencia, que como el misterioso eczema de Stone, se propaga, pica y no parece que vaya a tener fin. 

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