portada

Empiezan las fiestas en Ourense

df
photo_camera Imágenes de algunas de las fiestas de la provincia.

La pantagruélica celebración en torno al Botelo de O Barco de Valdeorras abre el calendario de las celebraciones declaradas de interés turístico en la provincia de Ourense

Mañana sábado, la Festa do Botelo de O Barco de Valdeorras inaugura el calendario más lúdico de Galicia, integrado por diez fiestas de interés turístico internacional, doce de interés turístico nacional y 116 de interés turístico gallego. En total, 138 fiestas. Unas son de un día, como las dedicadas a los pimientos de Herbón en Padrón y los de Arnoia y Oímbra en sus respectivas localidades. Los tres se celebran el primer domingo de agosto, uno de los días con más concurrencia festiva del año, pues suma a estas tres dos de las diez fiestas de interés turístico internacional: La Romería Vikinga de Catoira y la Festa do Albariño de Cambados.

La provincia de Ourense además de ser la que inicia el ciclo, es la que cuenta con más fiestas de interés turístico nacional: nada menos que cuatro de doce: los entroidos de Verín y Xinzo de Limia, la del pulpo en O Carballiño y La Istoria en Ribadavia. Y también la que tiene las fiestas de más larga duración, como sucede en el caso de los entroidos de Xinzo y Verín, siendo el primero el más largo de toda la geografía española y tal vez del mundo.

La Festa do Botelo arrancó con el siglo, en 2001 y sirve para reivindicar uno de los productos emblemáticos de la comarca de Valdeorras, el botelo, un embutido realizado con costilla y otros despieces del cerdo en el estómago del cerdo que luego es ahumado durante al menos treinta horas con humo de leña de roble y curado en cámara. La solicitud del registro de Indicación Geográfica Protegida fue resuelta por Orden de la Consellería de Medio Rural de la Xunta de Galicia de 6 de febrero de 2009 pero todavía no ha conseguido el sello ni la certificación por parte de la Unión Europea y esta fiesta es uno de los actos reivindicativos  que intenta que este producto tan tradicional consiga su certificación geográfica. Abandone toda esperanza quien decida ir el sábado al pabellón de Calabagueiros en O Barco sin entrada porque se agotaron las 1.150 que se pusieron a la venta hace ya varios días. La comida multitudinaria se complementa con una feria de productos artesanales que estará instalada en el paseo del malecón hasta el domingo y en la que es posible adquirir botelos, pigureiros y androllas, los tres grandes embutidos del oriente ourensano. La comarca de Valdeorras no da tregua al estómago y el sábado siguiente se celebra en A Rúa la Festa do Codillo, también con comida multitudinaria en el pabellón deportivo.

En el otro extremo de Galicia, en Aldán (Cangas) se celebra la segunda fiesta de interés turístico del año el domingo 20 de enero. En ella se hace una exhibición de las danzas ancestrales de esta localidad del Morrazo en honor a San Sebastián. El escenario es el atrio de la iglesia después de la misa de mediodía aunque se repetirán dos veces más por la tarde. El atractivo reside tanto en la coreografía de las danzas como en el vestuario que llevan bailarines y bailarinas, totalmente diferente del que se suele encontrar en el resto de las danzas tradicionales gallegas.

La Candelaria y San Blas concentran el mayor número de fiestas de los primeros días de febrero en Galicia. Naturalmente, suele haber un capítulo gastronómico en todo este tipo de celebraciones y, siguiendo la pauta con la que arrancó enero, el cerdo es el gran protagonista de la mesa del invierno gallego y el cocido su principal puesta en escena. En los cocidos del interior, y de manera muy especial en la provincia de Ourense, los distintos despieces del cerdo, desde los embutidos a la carne ahumada y salada de la oreja, la cachucha, el lacón, etcétera desplaza a otros que también suelen integrarse en las provincias costeras, como la gallina. En cuanto a la parte vegetariana del plato, los grelos, las berzas y el repollo Peliqueiroconforman la gran trilogía con las indispensables patatas que le ponen el contrapunto.


ENTROIDO


El cocido tiene su fiesta grande el 24 de febrero en Lalín, el domingo anterior al del entroido. Nacida como fiesta de un día, actualmente tiene una programación que se extiende durante casi un mes en el calendario, tanto antes como después de esa fecha.

Pero el ciclo festivo más largo de todo el año tiene el Entroido como protagonista. El Entroido en la provincia de Ourense se extiende desde el primer fin de semana de enero fecha en la que hacen su primera salida los Felos de Maceda hasta el diez de marzo en el que celebran el domingo de Piñata muchas villas, desde Xinzo y Verín a O Carballiño. Un tercio de los municipios ourensanos tienen actividades significativas a lo largo del ciclo del entroido y en siete de ellos, la fiesta está declarada de interés turístico: Verín y Xinzo, de interés turístico nacional y Laza, Manzaneda, Vilariño de Conso, Viana do Castelo y Maceda, de ámbito gallego. Pero también tienen relevancia las fiestas carnavalescas de Bande, Celanova, Ribadavia, Valdeorras…

En el calendario de 2019 los días más señalados comienzan el 10 de febrero, con el domingo Fareleiro. No es el primer día, porque previamente, como ya se señalaba, salieron los felos de Maceda a hacer su primer recorrido el primer fin de semana de enero y el ocho de febrero tendrá lugar el primer folión en Laza y al día siguiente será la inauguración oficial del entroido en Xinzo.

El 17 de febrero será el domingo oleiro en Xinzo y cuatro días después, el “xoves de compadres” en Verín y una semana después el “xoves de comadres”, en Verín. Entre ambos, el 24 de febrero, mientras en Lalín desfilan los cocidos con 22 ingredientes, las comparsas toman las calles de Verín y de Xinzo con el “domingo corredoiro” 

El Entroido es itinerante en el calendario y sus fechas dependen de la celebración de la Semana Santa, que también varía cada año al tener que coincidir la Pascua con el primer domingo después de la primera luna llena de la primavera. Y este año, el primer plenilunio Entroidoprimaveral cae en el viernes 19 de abril, que será Viernes Santo. Esa es la razón por la que este año Entroido y Semana Santa se retrasan tres semanas con respecto a 2018.

En medio de estas fiestas, en Baiona se celebra la de la Arribada, la primera en el calendario gallego que está declarada de interés turístico internacional. Este año se cumplen 526 años de la llegada de La Pinta con la noticia del descubrimiento de lo que entonces se creía que era el lejano oriente, teoría en la que siguió insistiendo Colón hasta pasados varios años. La Arribada se celebra entre el viernes 1 de marzo y el domingo día 3, con la recreación de la llegada y un mercado medieval.


MAIOS


Tras la Semana Santa, y después de que en Sober se inicie en marzo la temporada de las ferias del vino en Galicia, a la que le siguen Chantada y Quiroga, en el primer fin de semana de maio coinciden, la celebración de los Maios en Ourense, una fiesta declarada de interés turístico gallego y la del vino del Ribeiro en Ribadavia, que también cuenta con esa catalogación.

En materia gastronómica, la primavera deja de lado el cerdo y se echa al mar y al río: la ostra en Arcade el primer fin de semana de abril. La fiesta de la lamprea en Pontecesures y en Arbo, en el segundo y cuarto fin de semana de abril, respetivamente. Fiesta del Choco en Redondela y el Salmón en A Estrada en el segundo y tercer domingo de mayo respectivamente. 

La Semana Santa cuenta con dos fiestas declaradas de interés turístico internacional, en Viveiro y en Ferrol. No son las únicas fiestas religiosas con la más alta catalogación. También cuentan con ella el Corpus Christi de Ponteareas y el Apóstol en Compostela. Entre ambas, las hogueras de San Juan de A Coruña también tienen marchamo internacional, al igual que la Rapa das Bestas de Sabucedo, en A Estrada, que se celebra en los primeros días de julio. No nació siendo una fiesta sino una tradición ancestral de rapar y marcar los caballos y potros recogidos a lazo en el monde por sus dueños. Pero hoy ya alcanza el carácter de espectáculo más que de experiencia etnográfica.

El viaje por las mesas más festivas calienta motores para entrar, a partir de la llegada del verano en un frenesí de tal naturaleza que resulta materialmente imposible acudir a todas porque se solapan unas y otras y ya no hay una tendencia definida, como en invierno alrededor del cerdo o la más ligera en primavera. Verano compendia todo: cerdo, ternera, buey, empanadas, sardinas, pimientos... Es la gran fiesta continua y la que da vida a despobladas aldeas del interior de Galicia con el regreso de los emigrantes.

Te puede interesar