Se adapta a nuestras demandas por cuestiones de salud, edad, estatus social, trabajo, deporte, estudios... que requieran un tratamiento muy específico
A pesar de la filosofía “hágalo usted mismo con un tutorial de internet” que impera en estos tiempos, no se engañe. En el ámbito del Ejercicio Físico -como en tantos otros- la figura del entrenador o profesional es imprescindible para lograr buenos resultados.
En los centros deportivos encontramos tres modalidades de atención al cliente: La ‘low cost’ o “búsquese la vida”, la del técnico de actividades colectivas o de sala -de mayor calidad cuanto más reducido sea el grupo- o la del Entrenador Personal. Esta última sería la ideal, ya que cada individuo requiere unas necesidades acordes a su situación y objetivos.
Lo caro sale barato
Los llamados “famosos” han popularizado esta opción de entrenamiento. Para algunos es un gasto intolerable, aunque después no escatiman recursos en tratamientos de belleza y productos científicamente ineficaces o material de última gama, al final relegado en una esquina de la casa a modo de perchero.
El Entrenador Personal es, datos en mano, una excelente inversión, por infinidad de razones:
Es guía imprescindible para supervisar el ejercicio físico seguro y adecuado para nuestros objetivos.
Una ayuda fundamental para valorar nuestro estado, fijar objetivos realistas y prescribir la ruta de entrenamientos para lograr este fin.
La solución para aprovechar nuestro tiempo disponible y solucionar problemas de infraestructura. Por ejemplo, desplazándose a nuestro domicilio o lugar de trabajo. O a un espacio público concertado.
Consejero, motivador, compañero...
Se adapta a nuestras demandas por cuestiones de salud, edad, estatus social, trabajo, deporte, estudios... que requieran un tratamiento muy específico.
Nos asesora en cuestiones relacionadas con la salud y el bienestar: Nutrición, suplementación, rehabilitación, material deportivo, otras actividades...
Y no menos importante. El Entrenador Personal será un compañero que nos inculque nuevos hábitos y una filosofía de vida siempre enriquecedora.
Como siempre escribimos, acompáñese de profesionales titulados,serios y competentes. Huya de los vendedores de humo y encantadores de serpientes.