Estilo de vida saludable: disciplina y autocontrol

Cualquier objetivo que nos marquemos va a requerir de cierto grado de esfuerzo, y en el ámbito del ejercicio físico y la salud esta regla se cumple a la perfección. En la actualidad, vivimos rodeados de “tentaciones” al alcance de nuestra mano y que no implican dificultad para obtener una recompensa o beneficio inmediato. Esto supone un problema, ya que cuando nos planteamos mejorar nuestra condición física o nuestra composición corporal, en definitiva, nuestra calidad de vida, todo ello requiere de un proceso, obligándonos a plantear objetivos a largo plazo. Por lo tanto, deberemos tener la disciplina (1) para esforzarnos y renunciar a la obtención de una recompensa inmediata o a corto plazo. Esta situación se torna complicada y difícil de llevar a cabo por muchas personas, ya que su capacidad de autocontrol y disciplina es limitada. Es cierto que la capacidad de autocontrol tiene una parte innata, pero al mismo tiempo se puede trabajar y mejorar.

Nuestras decisiones determinan nuestros logros

Podemos decir que vivimos en una lucha constante entre aquello que nos apetece hacer y lo que realmente tenemos que hacer. Nuestra calidad de vida va a depender en gran medida de las decisiones que tomemos, y muchas de estas decisiones son tomadas en base a nuestras emociones. Aquí, la fuerza de voluntad (2) adquiere una gran importancia, y existen estrategias para mejorar esta. En nuestro cerebro, a grandes rasgos, podemos distinguir dos zonas: una más reflexiva y racional (capaz de controlar nuestros impulsos y planificar a largo plazo) y otra más impulsiva y emocional (que busca la recompensa inmediata y trata de huir de cualquier incomodidad); ambas partes deben permanecer en equilibrio. Esta última faceta del cerebro es muy interesante en el caso de continuar viviendo en un entorno salvaje, donde debíamos hacer frente a situaciones críticas por medio de la toma de decisiones rápidas e impulsivas. Hoy en día, dejar que nuestra parte más emocional se ocupe de las decisiones que tomamos no es la mejor manera de afrontar nuestro día a día. Cuando hablamos de cambiar hábitos y afrontar un estilo de vida saludable, la parte del cerebro racional adquiere una importancia capital, ya que nuestra “recompensa” u objetivos están orientados al largo plazo, por lo que deberemos actuar de forma reflexiva y planificada, tomando las decisiones correctas diariamente.

Te puede interesar