HISTORIA

Famosas tumbas falsas

santiago_apostol_result
photo_camera La tumba del apóstol Santiago.

Cenotafios las llamaron los egipcios, donde eran habituales, monumentos a los muertos donde en realidad nunca estuvo el fallecido. Hay varias tumbas famosas de personajes célebres que quizá jamás fueron ocupadas

Al menos hay seis tumbas distribuidas por distintos puntos del planeta, la mayoría en el Viejo Continente. Hay incluso dioses sepultados, lo que parecería un absurdo. La propia sepultura del Apóstol en Santiago ha dado para miles de debates, señalándose que podría no ser otro que el hereje Prisciliano. Lo seguro es que nada es seguro.


Osiris, en Egipto. El Dios de los muertos habría sido asesinado por su hermano Seth, y su cuerpo desmembrado, aunque como era un ser divino, su hermana y esposa, Isis, logró recomponerlo el tiempo suficiente para quedarse embarazada de su hijo Horus. Osiris, a continuación, se marchó a reinar en el inframundo. Pero los egipcios creían que su cuerpo mortal había sido sepultado en un lugar concreto, el templo de Abidos, un lugar perdido en el medio del valle, apenas visitado. Allí está todavía la tumba. Es un lugar extraño, donde los faraones apuntaban en una de sus paredes la lista de reyes. No están, entre otros, Akhanaton, Tutankhamon ni Hatshepshut. Tampoco Cleopatra.


Arturo, en Inglaterra. Su tumba fue localizada en la actual Glastonbury, en un lugar antes llamado Isla de Avalon, lugar mítico donde se habría retirado tras ser herido de muerte por su propio hijo, el malvado Mordred. Los monjes de la abadía de Glastonbury desenterraron dos cuerpos en el siglo XII y allí está todavía hoy el lugar donde supuestamente fue enterrado Arturo al lado de su infiel esposa Ginebra. En el siglo XVI desapareció el sepulcro. La arqueología niega que Arturo hubiera estado allí y que hubiera un rey con ese nombre, a lo sumo un líder militar o un caudillo britón.


Drácula, en Rumania. La tumba de Drácula se encuentra en uno de los parajes más hermosos de Rumania, el Lago Snagov, a unos 40 kilómetros de Bucarest, ciudad que habría fundado el príncipe Vlad Draculea.  También había dispuesto su última morada, dentro de una iglesia en el lago. Sin embargo, parece que el Señor de Transilvania y Príncipe de Valaquia nunca estuvo allí. El sepulcro fue abierto al menos en una ocasión y dentro no había nada más que huesos de perro y un anillo de la Orden Dracul, es decir la Orden del Dragón. Sigue el misterio.


Jesús, en la India. Uno de los hechos más curiosos y con una documentación inquietante. En una pequeña aldea de la Cachemira india se encuentra un edificio que custodia los huesos de un hombre que la tradición del lugar identifica con Jesús. Lo sorprendente es que al parecer un estudio realizado confirma que era una persona que habría vivido en el siglo I y natural del Mediterráneo,  probablemente judío. La historia local cuenta que Jesús, tras resucitar, se traslado a la India a perfeccionarse y allí habría fallecido. Hay otras tumbas de Jesús, una en Jerusalén y otra en Japón, y ambas cuentan con datos que también parecen incontestables. Y luego, el salto sepulcro, el único oficial.


Reyes Magos, en Alemania. En la Catedral de Colonia se encuentra un pequeño cofre que se venera como los restos de los tres magos. El emperador Federico Barbarroja habría traído la reliquia de Oriente, donde se habría custodiado desde que Irene, la madre del emperador romano Constantino, lo descubriera en Tierra Santa. Al parecer, en el interior quedaban huesos de tres hombres, aunque el número de los Reyes no se fijó hasta muy tardíamente, así como sus características. 


Colón, en América y España. Un caso único. De Cristóbal Colón no se sabe con certeza casi nada, ni su verdadero origen, ni si en verdad conocía el camino hasta las Indias, y tampoco donde está enterrado. Porque su cuerpo sufrió numerosos vaivenes, hasta el punto de que hay dos tumbas, una en Santo Domingo y otra en Sevilla, y ambas podrían contener restos reales del Almirante. O ninguna.

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