Melena de León, la fiesta de la moda

¿Cuál es la historia de Melena de León? La marca, que lleva el nombre de la medusa más grande del mundo (además de corresponderse con mis iniciales, MDL) nace en 2015 por la necesidad de vernos identificados en el sector fiesta, ya que nos costaba encontrar looks que nos hiciesen sentir cómodas. Estáis centradas en cóctel y fiesta. ¿Cuál es la filosofía de la marca? Producimos pequeñas colecciones, ofreciendo así a nuestras clientas prendas exclusivas que aúnan diseño y versatilidad, prestando especial atención al patronaje y los acabados. Siempre hemos apostado por el “hecho en Galicia” aunque en la mayoría de los casos ha resultado muy complicado por producciones cortas con poco metraje y elevados precios de confección que acaban elevando mucho el precio final de la prenda. ¿Y por qué fiesta? Al principio buscábamos encontrar prendas versátiles y relajadas, a las que poder dar uso en cualquier otro momento. Aunque hemos ido variando y creando modelos más especiales y únicos y ahora mismo estamos a punto de lanzar una colección cápsula de invierno con prendas para el día a día. Te formaste en España y Londres. ¿Cambia mucho la forma de entender la moda en ambos países? Creo que en Londres son mucho más atrevidos, por eso es una de las capitales de moda por excelencia. Hay que tener en cuenta que allí surgieron numerosos movimientos como el mod o el punk, por ejemplo, que al final acaban mezclándose con la sastrería más clásica o el streetwear, dando lugar a un estilo british de lo más variado. En lo que respecta a las escuelas, tienen un enfoque completamente diferente. Tras desfilar en la pasarela EGO Cibeles, ¿de qué forma evolucionó tu carrera? A la colección debut de Cibeles le siguieron otras dos, una de ellas unisex, desfiles, showrooms y alguna exposición colectiva en Galicia y Madrid. Melena de León surgió mucho después y se trata de prendas mucho más ponibles, con su correspondiente producción. Habéis vestido a numerosos rostros conocidos. ¿Es muy difícil hacerse un hueco? Lo es. Si trabajas con una agencia de comunicación son ellos los que se encargan de mover las prendas en prensa y televisión y así es como trabajábamos al principio, pero teniendo en cuenta que somos una empresa pequeña, resultaba imposible asumir ese gasto, que al final tampoco se traducía en ventas en nuestro caso. ¿Cómo es el proceso de crear una colección en torno a un relato? Normalmente, mi idea inicial del proceso de creación es el tejido. Visitamos varias ferias de tejidos un par de veces al año donde nos inspiramos y los escogemos, además de contar con nuestros proveedores habituales Españoles, por lo que esta elección resulta crucial para la marca. Una vez los tenemos, surgen los diseños y patrones y finalmente buscamos el nexo común que nos ayude a contar la historia de la colección y, aunque parezca una locura imposible, ¡siempre surge! ¿Las tendencias en la moda de fiesta van a la misma velocidad que en la moda diaria? Me atrevería a decir que la velocidad de la moda en general es de locos. La gente quiere ver cosas nuevas cada semana, o cada 15 días. Nosotros intentamos adaptarnos a las necesidades de nuestras clientas pero siempre fieles a nuestro criterio. No hace falta seguir ciertas tendencias si no te llenan o no van con tu marca. Cuando acudimos a una celebración vemos toda variedad de looks entre las invitadas. Como expertas en el sector, ¿cuáles son los principales errores que observáis cuando la gente tiene que comprar este tipo de prendas? Para mí el principal error es ir disfrazada, y con ello me refiero a que no te sientas cómoda con la prenda que estás llevando. Entonces, ¿Qué consejo daríais para acertar seguro? Que te sientas identificada y cómoda con el look, además de tener en cuenta el “dresscode” de cada evento. Vuestra firma apuesta por colecciones pequeñas para garantizar la exclusividad. ¿De qué modo beneficia esto a la firma y a las clientas? Para las clientas es un plus ya que en alguna ocasión se han llevado modelos hiper exclusivos -una o dos prendas por modelo- a precios muy razonables. Lo habitual es que no pasemos de 20 unidades por modelo o color en los más vendidos, lo que ya las convierte en “limited edition”. Cuando te gastas un dinero en una prenda lo último que quieres es encontrarte con 50 vestidos como el tuyo en dos paseos. ¿Qué supone para la firma mantener la sede en Galicia? Es casi una utopía, pero aquí seguimos (risas). Hemos confeccionado también en el norte de Portugal y desde que empezamos con la firma hemos ido cambiando en muchos aspectos. Antes la mayoría del trabajo lo hacían otros. Ahora todo sale de nuestro showroom: el patrón, el escalado de tallas, las prendas cortadas e incluso alguna prenda confeccionada. ¡Quién sabe cómo seguiremos evolucionando!