FIESTAS GALLEGAS

Galicia celebra más de cien fiestas en el primer fin de semana de agosto

photo_camera Desembarco vikingo al pie de las Torres de Oeste, en Catoira.

Percebes, pimientos, bonito, galos que pican no chan, vinos que se toman en cuevas ancestrales, albariños que se toman en Cambados, vikingos que desembarcan en Catoira como hace mil años son algunos protagonistas del fin de semana más festivo del año 

Se necesitan varios meses de agosto para poder acudir a todas las fiestas que se celebran en el primer fin de semana del mes. Este año, los días 6 y 7, sábado y domingo, despliegan, como hace ya décadas, las fiestas más concurridas de Galicia. Tres de los cinco pimientos con IGP de Galicia: Arnoia, Herbón y Oímbra; el bonito de Burela; el "galo que pica no chan" en Muíños... Si nos atenemos a la concurrencia, la que moviliza a mayor número de seguidores es la procesión del Cristo de la Victoria de Vigo.

Delante o detrás de esta imagen que llegó a Vigo a bordo de un barco de sal, que la recogió a la deriva en el mar, caminan en la tarde del primer domingo de agosto unas doscientas mil personas. La mayoría, son vigueses, pero también cuenta con fieles seguidores de otros puntos de Galicia y de España. Además de ser la más concurrida es la más veterana, pues la procesión lleva organizándose desde el siglo XIX, aunque no siempre fue el primer domingo de agosto.

En un terreno más pagano, la segunda en público es la Romería Vikinga de Catoira. Declarada de interés turístico internacional, atrae hasta el entorno de las Torres del Oeste, allí donde el Ulla y la ría de Arousa se entremezclan, a decenas de miles de curiosos que asisten al desembarco normando, a bordo de drakkars y otras embarcaciones en la recreación de la toma de las Torres del Oeste. La romería de Catoira fue la pionera de las fiestas históricas de Galicia, reviviéndose cada año desde hace 55.

Aunque en veteranía, le gana la fiesta del Albariño de Cambados. Este año alcanza su edición sexagésimo cuarta. Comenzó como una merienda en la que se elegía el mejor vino entre los participantes y se adelantó a todas las ferias y fiestas del vino que hoy se celebran en Galicia. La feria se inicia cuatro días antes al primer domingo de agosto en el que se desarrolla su momento culminante, incluyendo el fallo de los ganadores de la cata oficial y el desfile de la Serenísima Orden de Caballeros y Damas del Albariño, ataviados con las capas que había diseñado Adolfo Domínguez en la época del gran boom de la moda gallega. En un tono más casero se desarrolla, también con vino pero en este caso de Valdeorras, a Festa das Covas en Vilamartín. La lista sigue, hasta pasar del centenar y recorre Galicia de Norte a Sur.

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