Reportaje

Galicia, contada a través de 320 piezas únicas

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LA exposición que ofrece el museo do gaiás, en la ciudad de la cultura hasta el 12 de abril de 2020 imbuye al espectador en un viaje por lo más épico y lo mas íntimo de la historia de galicia y de los gallegos

Definir Galicia a través de su relación con el mundo y definir el mundo a través de su relación con Galicia constituyen los dos ambiciosos objetivos de la exposición “Galicia, un relato do mundo”, que permanece abierta al público hasta el 12 de abril de 2020”. Con ella, se abre la programación cultural del Xacobeo 21. Piezas procedentes de países de Europa y América, conforman el argumento de este relato dividido en cuatro partes: Mitos, Historias, Memorias y Vidas. A lo largo de más de un año, el equipo, encabezado por Manuel Gago, comisario de la exposición gestionó la movilización de más de 320 obras, propiedad de 60 entidades públicas y 21 colecciones privadas de todo el mundo. Con ellas se hace un recorrido de seis mil años de historia, pero también un recorrido geográfico de los gallegos hacia el resto del mundo y de pueblos del resto del mundo hacia Galicia.

La exposición ocupa dos plantas del edificio del Museo en el Gaiás, la Cidade da Cultura de Santiago. Recorrerla, estima Manuel Gago su comisario, lleva aproximadamente unas tres horas. “No es un itinerario cronológico, sino que sigue una línea argumental que va desde la construcción de los mitos, como por ejemplo los mitos de los pueblos atlánticos, o los pueblos mediterráneos, muchos de ellos originados en la Edad Media”. En la parte histórica se sigue una línea cronológica que abarca seis mil años, con piezas que nos sitúan en los momentos estelares de la humanidad, como los primeros indicios del Neolítico, que se pueden rastrear en algunas excavaciones arqueológicas recientemente realizadas en poblamientos prehistóricos ourensanos como el de Penedo Gordo de Vilardevós, “que representa un gran hito, pues se trata de las primeras pinturas rupestres con cromatismo que se encuentran en Galicia”, explica el comisario de la exposición.


OURENSE


La presencia de piezas de origen ourensano en la exposición es muy relevante, especialmente para subrayar algunos hitos de la narración histórica de Galicia o para desvelar algunas características que para el espectador de la exposición pueden resultar llamativas. En la etapa castreña, se pone de manifiesto que la población y la tipología de los castros eran muy diferentes unos de otros, no existe una unidad homogénea. Resulta especialmente llamativa la contraposición de los dos castros más grandes de Galicia: Santa Trega, en A Guarda, y San Cibrao de Las en el Ribeiro. “Ambos están a la orilla del Miño. Pero de sus vestigios se puede deducir una paradoja: el de A Guarda, tiene unas características más relacionadas con los pueblos mediterráneos, mientras que el de San Cibrao, nos vamos a encontrar con restos cerámicos y otros materiales que se asocian más a los pueblos atlánticos”, aclara Gago.

Otro de los elementos relevantes es el pergamino de las Decreta Regia de 1188, que se custodia en el archivo de la Catedral de Ourense, porque representa el certificado de nacimiento del parlamentarismo. Gracias a este documento la Unesco reconoció el reino de León como cuna del sistema parlamentario en 2013, adelantándose a otros sistemas políticos europeos como por ejemplo el británico.


UNA GÉNESIS COMPLEJA


Estamos ante una exposición de una gran magnitud, tanto por el número como por la calidad e importancia de las obras que la integran. Pero el punto de partida, una vez realizada la fase previa de documentación y estructuración, fue de más del doble de las piezas que están expuestas. “El punto de partida fue de unas setecientas obras. Si es difícil conseguir un número tan elevado, mucho más lo fue seleccionar cuáles terminaban finalmente en la exposición”, explica Manuel Gago. Además de las 60 entidades e instituciones, como la Biblioteca Vaticana, la Parker Library de Cambridge, la Universidad de Oxford, el Museo Nacional de Arqueología de Portugal o la Casa de Galicia de Montevideo, por poner un reducido número de ejemplos, el comisario de la exposición destaca la importancia de las colecciones privadas, un total de 21, de la que también llegaron importantes elementos que sirven para documentar algunos de los episodios mas destacados del relato sobre el papel de Galicia y su contexto en el mundo. “La colaboración de las colecciones privadas –subraya Manuel Gago– fue muy importante porque permitió exhibir, en algunos casos por primera vez, elementos a los que habitualmente no tiene acceso el público”.


LAS PIEZAS


Entre las piezas más destacadas, cabe reseñar la presencia del “Lebor Gabála Érenn” o Libro de las Invasiones, obra medieval que se custodia en el Trinity College de Dublín, en el que se menciona por primera vez a Breogán, que llega a Irlanda en la sexta y última invasión, procedente de Brigantia, A Coruña. Se trata de un documento que sale por primera vez de Irlanda.

En otros casos, es el regreso de una pieza de extraordinario valor, como sucede con la Biblia Kennicott, considerado uno de los manuscritos hebreos más importantes para la comunidad judía. La biblia había sido copiada e iluminada para un comerciante judío residente en A Coruña, quien la recibió finalmente en 1476. 16 años más tarde saldría junto con los enseres personales de la familia tras la expulsión de los judíos por parte de los Reyes Católicos. Un drama que todavía se recuerda 527 años después. Más de cinco siglos tras los que la pieza vuelve a Galicia, aunque sea temporalmente, para esta exposición.

Tres horas. Es el tiempo que tarda un espectador medio en recorrer la exposición. En realidad, en realizar un viaje por una galicia apasionante y para muchos desconocida, que relata a través del testimonio de 32o joyas únicas y de un montaje en el que no faltan elementos interactivos, la historia de un pueblo y su tierra, pero también las vivencias de sus generaciones pasadas.

El cancionero de la Biblioteca Vaticana es expuesto por primera vez en Galicia. En él se reúnen 1.200 cantigas de la lírica gallego portuguesa medieval, de las cantigas de amigo, cantigas de amor y cantigas de escarnio, convirtiéndose en el corpus literario  en lengua romance más importante de su tiempo. En él están incluidas cantigas de Alfonso X el Sabio, Don Dinís de Portugal, Paio Gómez Chariño, Martín Codax, Mendiño… Ninguno de los manuscritos que conservan estas joyas de la literatura gallega, verdaderas muestras primigenias de la lírica escritas en gallego y, en general en una lengua romance, se encuentra en Galicia: o la Biblioteca Morgan de Nueva York, o la de Lisboa o, como sucede en este caso, en la Biblioteca Vaticana.

Sin duda una de las obras que más ha llamado la atención al público que ya se ha acercado a la exposición es la Santa, de Francisco Asorei. Una escultura en madera policromada, presentada en 1926 al concurso de la Exposición Nacional de Bellas Artes, en Madrid. Francisco Asorey ganó la Medalla de Oro en ese concurso pero no con A Santa, que fue considerada en aquel momento y todavía lo es hoy día, demasiado revolucionaria desde el punto de vista formal y conceptual. La obra representa una mujer gallega del rural, desnuda, cargando con un yugo a sus espaldas, muy lejos de los tópicos que entonces y todavía hoy definen el prototipo del rural femenino.

Cada pieza cuenta una historia de Galicia

Ese carácter innovador y avanzado del modelo de mujer en Galicia se encuentra también en otra obra que se exhibe en la exposición. Se trata del primer relato de viajes realizado en España por una mujer.

 “El itinerario de Egeria” constituye el primer libro de viajes redactado por una mujer en toda la Península Ibérica. Esta joven aristócrata que vivía en la Gallaecia Romana, realizó una peregrinación a Tierra Santa y de ese viaje dejó testimonio en una crónica redactada en forma epistolar en la que describe con detalle los lugares que visitó. El ejemplar que se expone procede del Codex Aretinus 405, copiado en el siglo XI y se conserva en la Biblioteca de Arezzo.

En el recorrido por la exposición el visitante encontrará piezas con las que se sentirá más emocionado o más identificado, porque todas ellas hablan de Galicia y del papel de Galicia en el mundo. Incluso en episodios en los que, como en la Segunda Guerra Mundial, fue un escenario muy colateral, pero en el que hubo gallegos que estuvieron en primera línea en ambos bandos: en la División Azul, luchando con la Wermacht o en la columna del general Leclerc, liberando París de la bota alemana.  

“Galicia, un relato no mundo” es la primera de las tres grandes exposiciones que la Xunta de Galicia organiza con ocasión del Xacobeo 21. Se puede asegurar, a la vista de la magnitud y del carácter universal de su narración que es la mayor exposición que se organiza en Galicia en lo que va de siglo, tan solo superada, en los últimos treinta años  por “Galicia no tempo” de 1991

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