Gázpara, El regreso de una gran casa de comidas

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El trabajo en la cocina es muy sensato. El servicio impecable, como el propio local y la carta de vinos se ha centrado en el Ribeiro

O Carballiño tenía en Casa Gázpara uno de sus emblemas gastronómicos. Una casa de comidas en el sentido más tradicional que llevaba abierta más de siglo y cuarto y hace unos años cerró por jubilación, con la promesa de un relevo tanto en la propiedad como en la cocina. Hace cinco meses volvió a abrir sus puertas. Y esta semana pasada decidí comprobar si el tiempo de espera, casi dos años hasta que reabrió, mereció la pena.

A simple vista, solo con mirar la fachada, la sensación es muy positiva. La rehabilitación se realizó con extraordinario respeto sobre lo que merecía la pena conservar y un notable enriquecimientio de aquello que tenía poco mérito arquitectónico. Se ha convertido en un edificio mucho más hermoso que añade belleza a la plaza mayor de O Carballiño. No hay más que ver la fachada. Esa ganancia también se observa en el interior. En términos generales estamos ante una casa de comidas moderna que respeta las líneas tradicionales del edificio y mejora su operatividad. ¿Y la comida? Para gran alegría, comprobé que ni el pulpo, ni la carne ó caldeiro han menguado ni un ápice en su calidad. Mantiene la carta tradicional de sus predecesores y le han añadido un plus de platos de temporada con carnes de razas autóctonas: Cachena, Frieiresa, Limiá. Caldelá...

El trabajo en la cocina es muy sensato. El servicio impecable, como el propio local y la carta de vinos se ha centrado en el Ribeiro, con buenas referencias del resto de Galicia y de España. En resumen. Una grata noticia.  Casa Gázpara, que fue fundada en el siglo XIX se ha puesto al día con los recursos del siglo XXI pero sin perder su norte: el de una casa de comidas tradicional y muy honesta.

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