La importancia de airear el suelo

Antes de la llegada del invierno hay muchas labores que llevar a cabo en nuestro huerto o jardín aprovechando la falta de plantación. Preparar el suelo es muy importante para que los futuros cultivos se desarrollen adecuadamente

En la lengua castellana solo disponemos de una palabra para referirnos al suelo, en muchos otros idiomas, sin embargo, utilizan dos palabras diferentes para referirse al suelo como superficie y al suelo como la tierra que sustenta la mayor parte de la vida vegetal. En gallego por ejemplo “solo” y “chan” o en inglés “soil” y “ground”. Esta diferenciación que no se ve reflejada en la lengua española es muy importante, ya que el suelo como sustento, es una pieza fundamental en la biología.

La función del suelo va desde abastecer a los organismos vegetales hasta proporcionar un hábitat para una inmensa cantidad de fauna. Por ello, mantener un suelo rico en nutrientes es de vital importancia en cuanto se refiere a jardinería, agricultura o ecología.

Una parte muy importante para mantener un suelo rico que ofrezca todo lo necesario para el desarrollo vegetal, es airearlo. La falta de aireación en el suelo puede provocar graves perjuicios a los cultivos, entre ellos, la muerte de este.

El proceso de aireación del suelo, hace referencia a la composición del aire del suelo, una acción que aumenta el espacio intergranular, descompactando la tierra y permitiendo así que esta se abastezca de oxígeno y filtre mejor el agua, disponiendo así de una mejor calidad para abastecer a los cultivos. La aireación no solo favorece al reino vegetal, sino que todos los organismos aerobios que residen en el suelo se verán beneficiados, permitiendo así que realicen sus funciones descomponedoras y nitrificadoras, favoreciendo a su vez, al desarrollo vegetal.

Una buena oxigenación del suelo afecta de manera directa a la absorción de los nutrientes por parte de las plantas, además de que aumenta el drenaje del agua, reduciendo de esta forma los niveles de humedad del suelo, evitando así la aparición de hongos dañinos.

Para conocer el nivel de aireación del suelo es necesario recurrir a un laboratorio de análisis, pues los factores que se tienen en cuenta requieren de complejos aparatos de medición. Los puntos que determinan este nivel son: la porosidad, la densidad, el contenido de agua, y la concentración de gases.

¿Cómo airear el suelo?

Todo terreno puede mejorar su nivel de aireación para lograr un nivel de desarrollo óptimo. La plantación de cultivos de cobertura como centeno, trigo, avena, cebada o raygrass, es una buena forma de mejorar la calidad del suelo, tanto en aireación como en nutrientes, sin embargo, su cultivo requiere una inversión de tiempo alta.

Para poder realizar una aireación rápida antes sembrar un cultivo, existen muchos tipos de maquinaria que favorecen esta cualidad. Un ejemplo son los removedores de tierra, manuales o automáticos. Estas herramientas “destrozan” las capas superficiales de la tierra para reducir su nivel de compactación y aumentar así su porosidad, permitiendo que se oxigene de manera efectiva.

Otro método menos común, es la aplicación de productos líquidos. Con su aplicación, el suelo se humedece y gracias a la composición de estos productos, los agentes bióticos que hay en la tierra son regenerados. Estos productos son muy efectivos, pero debido al coste que implica su aplicación, son más recomendables para superficies pequeñas.

La aireación del suelo es un proceso muy importante que se debe llevar a cabo durante el cambio de cultivo. Esta tarea se lleva a cabo durante la primavera y el otoño, buscando así mantener unos niveles de oxigenación del suelo y de actividad orgánica altos. Partiendo de un suelo bien trabajado y de una buena rotación, los cultivos tendrán los requisitos necesarios para desarrollarse llenos de vigor.

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