La crítica

"Intemperie", un western español claustrofóbico y emocional

intemperie luis tosar

Benito Zambrano nos ofrece una obra desgarradora en lo emocional con momentos claustrofóbicos encajados en un formato western

Un niño escapado de su pueblo escucha los gritos de los hombres que le buscan. Lo que queda ante él es una llanura infinita y árida que deberá atravesar si quiere alejarse definitivamente del infierno del que huye. Ante el acecho de sus perseguidores al servicio del capataz del pueblo, sus pasos se cruzarán con los de un pastor, que le ofrece protección, y a partir de ese momento, ya nada será igual para ninguno de los dos.

Este el punto de partida de “Intemperie”, la nueva película de Benito Zambrano. La historia que el director nos cuenta está muy en línea con lo que nos contó en aquella memorable y sobresaliente película llamada “Solas”: la violencia y el sadismo en las relaciones cotidianas. Si en “Solas” el marco lo formaba la relación entre una madre y una hija, el escenario que sirve de pretexto en “Intemperie” es el caso de un niño que escapa del secarral emocional en el que vive.

El carácter de Luis Tosar encaja tan bien con el personaje, que no reluce. Quien sí reluce es el niño, encarnado por el joven actor Jaime López, que es la verdadera estrella de Intemperie. Y es su actuación la que aporta el oro a la película.

Zambrano, siempre comprometido en sus obras con el discurso social, nos presenta una obra desgarradora en fondo y forma, pero realizada a ritmo de western neorrural que la hace más digerible para todo tipo de público. Intemperie tiene momentos realmente claustrofóbicos, de violencia desnuda y con un terror psicológico muy físico y realista que nos hace sentir en nuestra piel el sufrimiento por el que pasan los personajes por culpa de la crueldad inherente al ser humano.


Veredicto: 4/5 - Un western neorrural sobre la dignidad del ser humano

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