LITERALMENTE

Julio César, tan presente hoy como ayer

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Han pasado más de 2.000 años de la muerte del político romano pero su huella resulta bien visible, desde el calendario hasta el séptimo mes, pasando por su propio nombre, sinónimo de emperador, aunque nunca lo fue en términos propios.

Cayo Julio César fue un personaje contradictorio, héroe y tirano, general y político y culpable de la caída de la república o la destrucción de buena parte de la Galia, y protagonista de las guerras civiles romanas. Pero su legado permanece.

César. Su propio nombre fue convertido por los romanos en sinónimo de emperador, pese a que el primero sería su sobrino-nieto Cayo Octavio, luego Cayo Julio César Octaviano y finalmente César Augusto. Se convirtió en un título durante más de mil años, hasta la caída de Constantinopla, primero como titular del trono, luego como sucesor designado. Lo que le valió a los soberanos rusos para asumirlo en su variedad propia, Zar, César en ruso. Luego lo harían también los alemanes, con la palabra Kaiser, Cesar en pronunciación germana.

El séptimo mes de Julio. César nació en el séptimo mes del año 100 antes de Cristo, entonces llamado Quintilis. Tras su muerte, el Senado romano decidió honrarlo dándole su nombre al mes, que así se llama desde entonces en todas las lenguas europeas. Unos años más tarde, su sucesor, Augusto, también recibiría un mes en su honor, Sextilis, aunque ya en vida. También es denominado ahora por la mayoría de lenguas europeas.

El calendario. Julio César estuvo algún tiempo en Egipto, reponiendo en el trono a Cleopatra. El calendario romano estaba desfasado con respecto al solar, por lo que las celebraciones de las cosechas cada vez coincidían más lejos de su día festivo. Lo solucionó con la importación del calendario egipcio de 365 días y uno más cada cuatro años a añadir en febrero. Con un ligero ajuste –había un desfase de 11 minutos anuales, que daban un día cada 128, lo que llevó al cabo de 1.600 años a 15 días- realizado en tiempos del Papa Gregorio, es el mismo que en la actualidad., También nació entonces el año bisiesto: el 24 de febrero se llamaba «día sexto» antes de las kalendas de marzo, de manera que el 24 de febrero repetido –el 29 de febrero- se llamaría «bis sextum». .

Dictadura y asesinato político. La Dictadura era en Roma una institución venerable aunque excepcional que se utilizaba sólo cuando la República corría peligro exterior, otorgando a una sola persona durante seis meses todos los poderes. No se empleó durante cien años, hasta que Sila, poco antes de César, se hizo proclamar dictador en el sentido moderno de la palabra: para liquidar a sus enemigos internos e implantar su voluntad. Pero Sila dimitió al cabo de un tiempo. Sería César quien asumiría el cargo con toda la carga negativa actual, como poder personal e ilimitado en competencias y duración. Su asesinato político fue una consecuencia de ello: sus enemigos conspiraron en el Senado para acabar con quien creían que iba a liquidar la República y proclamarse rey. 

Cesárea. Un mito relacionado con César: que habría nacido de una cesárea, de ahí el nombre. No es verdad, la madre de César vivió muchos años después, lo que no habría ocurrido si el parto no hubiera sido normal. La cesárea antigua suponía la muerte de la mujer.

Genocidio. César aseguró que en sus campañas galas pudo haber matado a un millón de personas. Los propios historiadores romanos –sobre todo Tácito, que vivió mucho después, en el siglo II- anotaron de forma muy crítica que Roma llamaba pacificar a lo que era crear devastación y alabaron la sed de libertad de galos, germanos o britanos. No obstante, el concepto de genocidio es moderno y resultaría forzada su aplicación retroactiva.

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