Hace casi cuatro años, Nuria Hernández y su madre fundaban la marca “Kiwi+Pomelo”, una firma especializada hoy en pendientes y complementos para el pelo elaborados con metacrilato que lleva por bandera una actitud fresca y divertida frente a la vida.
¿Cuál es la historia de la marca?
Siempre situamos el nacimiento de Kiwi+Pomelo en las Navidades de 2012. No daba con el bolso perfecto de cocktail para mi madre y decidí hacerlo yo misma con metacrilato. Usaba el metacrilato para hacer maquetas de arquitectura y lo conocía bien. Debido al éxito del primer bolso, un año después creé la primera colección para ver qué recibimiento tenían. Fue muy bueno y el concepto gustaba mucho, pero no fue hasta que acabé la carrera que mi madre y yo nos asociamos para crear este proyecto y gran aventura juntas en enero de 2016. Entonces ampliamos a más complementos, todo hecho en España y a mano.
Hoy en día nos centramos sobre todo en maxipendientes y complementos de pelo. Nos encanta el metacrilato por su buena calidad, las infinitas opciones de colores, de texturas y reflejos pero sobre todo, por su ligereza y mezclarlo con cristales o madera. Es un material ligero perfecto para pendientes y cualquier complemento porque no pesa nada (¡a pesar de su apariencia!): cómodo y fácil de llevar siempre. Además, nos permitía explorar esa vena pop art con la que tanto me había identificado desde siempre y enfatizaba la actitud divertida y desenfadada frente a la vida que nos representa. Kiwi+Pomelo es una actitud frente a la vida.
¿Son las modas tan cambiantes como las tendencias en ropa?
Las joyas han estado presentes en la indumentaria desde tiempos inmemoriales como símbolo de empoderamiento y reconocimiento. Cuando visito museos y veo joyas egipcias o romanas me doy cuenta de que no se ha evolucionado tanto como con la ropa. Es muy fácil encontrar collares de hace siglos que podrías ver hoy en revistas de moda.
Imagino que uno de los motivos ha sido que durante mucho tiempo los materiales que que se usaban para joyería han sido nobles y escasos y que se buscaban diseños atemporales que perduraran en el tiempo y pasaran de generación en generación. Últimamente, con el surgimiento de nuevos recursos, nuevos materiales y nuevas técnicas, la evolución de la joyería y bisutería probablemente evolucionará más rápido y será más susceptible a la creación de nuevas tendencias y más efímeras, para bien o para mal.
Si tuviéseis que aconsejar a un cliente para comprarse una sola joya, ¿cuál sería?
En general siempre creo que si vas a confiar solo en una joya, los pendientes son lo que más juego te va a dar y a favorecer. Si tuviera que recomendar unos pendientes de nuestras colecciones lo tendríamos un poco complicado. Porque cada cliente conecta con el suyo. Si una clienta nos pidiera consejo me gustaría hablar un rato con ella y preguntarle cuales son sus aficiones, a qué se dedica y cómo se ve y se quiere ver.
Al final, todas encuentran el par o pares de pendientes que encaja con su manera de ser. Ahora mismo, de nuestra colección Cosmos está enamorando nuestro Shining Rocket, perfecto para un vestido de invitada, un traje de chaqueta o un vestido vaporoso veraniego.
¿De dónde surge la temática para cada colección?
De forma diferente, pero todas tienen un transfondo personal detrás. Viajes, películas, libros, musicales, experiencias que nos han cambiado la vida o incluso momentos muy breves pueden insipirar una colección entera. Una noche estrellada de verano al lado de una hoguera en la sabana africana inspiró la colección Cosmos, por ejemplo. Otras veces, cuando estamos en busca de nuevos materiales, nos topamos con colores y texturas que nos cambian todos los planes y surgen cosas preciosas. Siempre llevo una libreta conmigo en la que dibujar todo lo que se nos ocurre. Hay veces que algunos diseños han tardado en materializarse meses porque no dábamos con la combinación perfecta.
¿Cómo ha sido crear una marca con una identidad tan marcada?
Está siendo un proceso tremendamente emocionante y muy orgánico. Los pasos se han ido marcando un poco solos, siempre con la mirada puesta en dos puntos clave: la calidad del producto y la buena experiencia del cliente. Jamás hemos querido agilizar el proceso más de la cuenta y llegar a un punto en el que cualquiera de estos dos pilares indispensables pueda salir perjudicados. Despacito pero sin pausa.
Nos gusta mucho poder disfrutar de cada paso hacia adelante en el crecimiento de Kiwi+Pomelo. Todo lo que hacemos responde a unos principios claros de calidad, consumo responsable, artesanía nacional, pero por supuesto también mucha diversión, sentido del humor y color a la hora de diseñar las piezas, y hemos sido consecuentes y constantes desde el principio. Queremos piezas que enfaticen esta actitud Kiwi+Pomelo. Nosotros vivimos nuestra vida en todos sus aspectos de la misma manera divertida y desenfadada y creo que por eso la identidad es tan marcada e identificable, porque creemos en ello.
