Lujo para la cabeza

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Hace ahora 12 años, sonsoles corredoira decidió añadir un adorno a su peinado para la boda de una amiga. fue ahí cuando esta titulada en historia del arte decidió continuar elaborando tocados, un oficio que hoy mantiene con pasión, mimo y creatividad

¿Cómo nació tu relación con el mundo de los tocados? 
Tenía que salir a leer unas palabras en la boda de una amiga y quería ponerme algo especial. Todavía no se llevaban los tocados, pero se me ocurrió ponerme algo en la cabeza y monté unas cuentas de cristal en una diadema. Ahí empezó todo.

¿Cuál es la filosofía detrás de cada pieza que creas? 
Crear algo bonito, que favorezca, que yo me lo pondría encantada y que fuese la guinda del pastel. Cuando se trata de un encargo, me encanta el momento de buscar con la persona la mejor opción, no paro hasta que todo encaja y ahí está la gracia de lo que hago, que a la otra persona le encante y hacerle justo lo que quiere.

Llevas desde 2008 elaborando tocados. ¿Cómo ha ido evolucionando la moda en este sector? 
Al principio se atrevía poca gente y hacía más encargos para madrinas y novias, pero desde que se pusieron de moda entre las invitadas ha sido un boom. Hace unos años se llevaban más los tocados tipo plato, después los turbantes. Hace unos tres años, los canotiers y últimamente se llevan las diademas nudo en sus múltiples versiones y las pamelas. Se trata de un complemento que da mucho juego y cada vez se ven cosas más espectaculares y originales.

¿De dónde surge la inspiración para los diseños?
Es algo que tengo integrado y me sale solo, en cualquier momento hago ‘click’ y se me ocurre algo. La creatividad y la imaginación me vienen de serie. En mi familia todos pintan, estudié Historia del Arte y el gusto artístico lo llevo en las venas. Lo que más me inspira es la naturaleza y el estar en contacto con los materiales, en el taller... Picasso decía: “Cuando llegue la inspiración, que me encuentre trabajando”.

¿En qué medida un buen tocado puede cambiar un look? 
Lo cambia todo, con un buen tocado puedes ir perfecta a una boda con un vestido sencillo, que se puede poner para salir un día normal. De hecho, son los encargos que más me gustan porque podemos dar rienda suelta a la imaginación. Cuando hay que adaptar el tocado a un vestido más elaborado tenemos menos opciones, incluso a veces es mejor no llevar nada. Todo depende del look, con el tocado puedes levantarlo o fastidiarlo.

¿Un tocado es apto para cualquier persona? 
Claro que sí, no todos los tocados le quedan bien a todo el mundo, pero hay que probar y ver qué es lo que más favorece a cada una. Cada persona es un mundo y está bien, tiene su gracia buscar qué es lo que mejor sienta a cada una.

¿Quiénes son tus clientas? 
Tengo clientas de todo tipo, de todas las edades y todas son un regalo. Me siento muy agradecida porque siempre he tenido mucha suerte en ese sentido y me gusta mucho el trato con la gente. 

Las piezas son por encargo. ¿Qué tipo de tocados son los más demandados? 
Las flores en todas sus versiones y esta última temporada, los tocados de bases grandes, las pamelas... Cada vez la gente se anima más a ponerse tocados grandes, da gusto.

¿Las tendencias también influyen en este sector? 
Totalmente. Y está bien, pero siempre que venga a cuento y que a la persona le quede bien. No hay que forzar por mucho que se lleve. De hecho yo si veo algo en todas partes ya no me apetece ponérmelo, pero eso es muy personal. 

También elaboras bisutería. ¿De qué forma se complementa con la línea de tocados? 
Creo que con un tocado puedes perfectamente ponerte unos buenos pendientes o un colgante... pero buscando el equilibrio. Siempre menos es más, pero hay que verlo todo en conjunto y valorar. Muchas veces me piden consejo y siempre tiendo a frenar. Si llevas tocado es preferible que la atención se centre en él. 

Desde tu perspectiva, cómo ves el sector de la moda para eventos? 
Lo veo en un momento espectacular. Gracias a las redes sociales se ven cosas increíbles y eso es buenísimo. La gente coge ideas y el listón cada vez está más alto y la cosa va a más...

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